Page 19 - MUJERES A SEGUIR
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¿Qué es un hombre?
La identidad ‘hombre’ se construye en una combinación binaria que se caracteriza por enfrentarse a la identidad ‘mujer’,
en una oposición en la que los valores que él representa suelen ser considerados como positivos o ganadores, frente a los
femeninos, tradicionalmente peor considerados y asociados a la necesidad de protección: fuerte-débil, valiente-cobarde,
racional-emocional, productivo-reproductivo, público-privado, activo-pasiva, dominante-sumisa, agresor-víctima, etcétera.
Sobre esta sencilla combinación enfrentada, y restringida al cosmos heterosexual, se asienta todo el sistema patriarcal.
Romper con esta construcción artificial de forma interseccional supondría quebrar sus mismísimos cimientos.
Entre las características específicas del rol del sexo masculino destacan las siete normas y estereotipos que el psicólogo
Ronald F. Levant incluye en su libro Masculinity reconstructed (Masculinidad reconstruida): evitar la feminidad, restringir
su lado emocional, buscar el logro y el estatus, autosuficiencia, fuerza, agresión, homofobia y sexo desconectado de la
intimidad. Por su parte, la masculinidad feminista tendría como componentes principales la integridad, el amor propio,
la conciencia emocional, la asertividad y la habilidad relacional, incluida la capacidad de ser empático, autónomo y vivir
conectado.
Fernando del Canto:
Para el escritor Roy Galán, autor de Irrepetible y La ternura, “si renuncias a ser feminista
probablemente estés renunciando a algo muy cercano a la humanidad. Los hombres
feministas somos aliados de la lucha y tenemos que deconstruir nuestra masculinidad «El paradigma de
para ayudar a que las cosas cambien”. Hace unos meses, Galán pidió públicamente a los
hombres que cedieran sus privilegios, dieran un paso atrás y dejaran a las mujeres delante. hombre proveedor,
“La respuesta mayoritaria fue que se sintieron atacados y negaron sus privilegios. Hay
quien ante la simple afirmación de que por ser hombres nunca hemos tenido miedo al protector, macho, no
regresar solos a casa de noche, miedo a ser agredidos sexualmente, se defienden diciendo
que ellos también. Y eso no es verdad. La cuestión es cómo hacerles entender que esto no me sirve; ahora veo
es un ‘y yo más’”. Del mismo modo, Víctor M. Sánchez López empezó a cuestionarse su
comportamiento. “Cuando te planteas cómo ha sido tu relación con las mujeres (no solo
en el ámbito de la pareja) es inevitable encontrarte de frente con el feminismo”, asegura. los daños que me ha
Promotor para la Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres, es además coautor con Justo
Fernández de Diálogos Masculinos, un libro en el que ponen patas arriba la masculinidad causado y los que yo
ortodoxa. Reconoce que la respuesta al libro ha sido más efusiva por parte de las mujeres.
“Los hombres no están todavía por la labor de mirarse con la necesaria reflexión crítica. he causado»
¡Si todavía negamos que tengamos privilegios! Nos vamos adaptando a los nuevos
tiempos (feministas), pero sin la suficiente carga de interés, reflexión y trabajo necesarios”.
Y, sin embargo, señala, hay una necesidad real de cambio: “Nuestras compañeras nos están
pidiendo menos palabras y más acciones, que seamos agentes de cambio. Pero seguimos
prácticamente inmóviles en nuestro corporativismo machista, y eso es una losa difícil de
mover”. Para promover el cambio recomienda hacerse preguntas. “La primera, responder de
forma sincera a si consideras que vives en una sociedad igualitaria donde mujeres y hombres tenemos, de verdad,
los mismos derechos y oportunidades”.
En ese camino está el abogado León Fernando del Canto. Especialista en Derecho Internacional y Fiscalidad en el
despacho Del Canto Chambers, vive a caballo entre Madrid y Londres, donde tiene sus oficinas centrales. Aunque
reconoce que el cambio no es fácil, destaca muchas ventajas. “En lo personal y familiar lo más importante es ver
cómo las mujeres de tu entorno mejoran sus condiciones de vida, reclaman lo que es suyo y aportan mucho más. Me
siento más relajado en mis relaciones pues no tengo que estar marcando mi terreno y me siento más protegido por
ellas. El paradigma de hombre proveedor, protector, macho, no me sirve; ahora veo los daños que me ha causado
y los que yo he causado. Dejar los privilegios que tienes no es fácil pero cuando lo haces bien te das cuenta de que
libera. De mandar y controlar pasas a compartir y consensuar”. >>
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