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En la página de al lado, Questlove
y Bad Bunny luciendo diferentes
modelos de Crocs. Bajo estas
líneas, Justin Bieber y Post Malone,
embajadores también de la marca.
A GOLPE DE COLABORACIONES CON
‘CELEBRITIES’ Y FIRMAS DE LUJO, LAS
CROCS SE HAN CONVERTIDO EN UNA
MARCA DE CULTO. EL RESULTADO: LA
COMPAÑÍA INGRESÓ MÁS
DE 2.300 MILLONES DE
DÓLARES EN 2021 Y ESPERA
CUADRIPLICAR SUS VENTAS
PARA 2026.
de la historia. Esos nuevos diseños
representan ahora más de la mitad de
las ventas de la empresa.
Una avalancha de asociaciones de alto
perfil también han servido a Crocs para generar mucho ruido y
cambiar esa imagen de calzado para niños o para personas que no
se preocupan lo más mínimo por la moda que perseguía a la marca
desde sus inicios. En 2016 sucedió lo impensable: las Crocs
hicieron su debut sobre la pasarela. Pasó en la London Fashion
Week gracias a una colaboración con el diseñador Christopher
Kane. Todas las modelos del desfile lucieron zuecos con efecto
mármol y unas incrustaciones de relucientes piedras volcánicas,
una versión más glamourosa de los jibbitz, los adornos de plástico
que los usuarios de las Crocs suelen utilizar para personalizarlas.
Funcionó tan bien que al año siguiente repitieron colaboración,
esta vez con un diseño forrado de pelo más adecuado para el
invierno.
En 2018, Demna Gvasalia dejó al mundo de la moda con la boca
abierta añadiendo a las Crocs una plataforma de diez centímetros.
Los casi 800 euros que costaban no impidieron que la versión
de los zuecos lanzada por Balenciaga se agotara en horas, para
incredulidad de muchos. Pero nada comparado con el shock
generado el año pasado por las stiletto Crocs de Balenciaga.
También Justin Bieber ha lanzado, a través de su firma, Drew
House, un par de ediciones limitadas de Crocs: una primera en color
amarillo decorada con distintos pines, entre los que destacaban el
smiley característico de Bieber, trozos de pizza y margaritas. Para la
temporada siguiente el cantante presentó otro diseño en color lila
que venía con regalo: unos calcetines blancos. Parece que, como
Frank de la Jungla, Justin Bieber también opina que la fórmula
Crocs+calcetines es imbatible. La versión lanzada el año pasado
por Bad Bunny, con jibbitz que brillaban en la oscuridad, también
se agotaron en cuestión de minutos. El músico Questlove se atrevió
a lucir un par de sandalias doradas en los Oscar del año pasado y
en abril repitió con unas negras en los Grammy. No fue el único
que llevó zuecos a la fiesta: también Bieber lució el modelo de
Balenciaga en la alfombra roja. El rapero Post Malone, el DJ Diplo
o el artista japonés Takashi Murakami son otros de los artistas que
han colaborado con la marca.
Así, a golpe de colaboraciones con celebrities y firmas de lujo, las
Crocs se han convertido en una marca de culto. El resultado: la
compañía ingresó más de 2.300 millones de dólares en 2021 y
espera cuadriplicar sus ventas para 2026. No es de extrañar, por
tanto, que de un tiempo a esta parte hayan vuelto a surgir copias
como champiñones, y no solo en el mundo del low cost.
Marcas como Gucci, Off-White o Steve Madden también
han presentado sus zuecos de plástico. Le pese a quien
le pese, parece que tendremos Crocs para rato. #
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