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# tendencias
El negocio de la venta de productos usados ha crecido tanto que
empieza a requerir de más controles. Desde el 1 de enero de
este año, a instancias de Europa, las plataformas digitales están
obligadas a compartir con las autoridades fiscales de cada país
cierta información sobre los vendedores que hayan realizado más
de treinta operaciones o hayan obtenido más de 2.000 euros. Pese
a la alarma generada por algunos titulares, parece que el objetivo
de la medida no es perseguir a los usuarios que se sacan unos
euros vendiendo los trastos que tienen por casa, sino controlar
la actividad de los vendedores profesionales de este tipo de
plataformas, que también los hay.
En línea con sus estrategias de sostenibilidad (o para sacar tajada
de un negocio en alza), también los gigantes de la industria de la
moda empiezan a entrar en el mercado de la segunda mano. Zara,
por ejemplo, puso en marcha a mediados de diciembre Zara Pre-
Owned, su anunciada plataforma de compraventa de productos
usados. El funcionamiento es similar al de estas plataformas: el
usuario sube las fotos de sus productos y establece el precio. El
comprador puede ver las prendas, ordenadas por categorías, con
datos detallados de cada artículo, incluida la información original
de Zara y las fotos actuales proporcionadas por el vendedor. La
aplicación también ofrece al usuario la posibilidad de reparar
su ropa (a través de una red de talleres locales) y donarla a
oenegés (ofrecen recogida en casa). La app se rodó primero en
Reino Unido y Francia, y el plan de Inditex es que en 2025 esté
disponible en todos sus mercados clave.
También Shein está en la fase final de desarrollo de su propia
plataforma de prendas usadas, que se llamará Shein Exchange. Y
>> gente necesitada. Más bien al contrario: la mayor conciencia H&M empezó el año pasado a vender, en su renovada flagship de
ecológica y la inflación disparada tienen mucho que ver con cómo Barcelona, en el Paseo de Gracia, una colección, denominada
está cambiando nuestra forma de ver la segunda mano, sobre H&M Pre-Loved, compuesta por ropa y accesorios de segunda
todo, entre los jóvenes, que han asumido vestir ropa usada como mano tanto de su marca como de otras. El gigante sueco lleva
algo natural. un tiempo experimentando con la venta de ropa usada a través
de internet en mercados como Alemania o su país de origen,
El cambio se aceleró en el confinamiento, pero, a diferencia de donde la venta de bienes ya producidos está muy extendida.
otras tendencias que nos trajo la pandemia, el consumo consciente Al mismo tiempo, H&M continúa explorando otras opciones
parece haber llegado para quedarse. Según el último informe ‘La como el alquiler de prendas (de momento solo en Estocolmo)
Red del Cambio’, realizado por Wallapop y Kantar, casi la mitad de o el reciclaje de ropa. Implementado en 2013, su programa de
los consumidores (43%) ya consideran los productos de segunda recogida de ropa es el mayor de este tipo en la industria: solo
mano cuando se enfrentan a una decisión de compra, y seis de en 2020 recogió, según datos de la propia marca, casi 19.000
cada diez se plantean comprar más productos de este tipo en los toneladas de prendas.
próximos tres años. “Se observa un cambio de paradigma muy
relevante, en el que los ciudadanos no solo creen que es positivo Los grandes de la moda llaman a esto economía circular,
dar una segunda oportunidad a determinados productos, sino que pero sus críticos lo consideran más bien un greenwashing de
esta práctica se ha convertido en habitual en todas las ocasiones manual. Porque, mantienen, mientras las multinacionales
de compra”, apuntaba en la introducción al informe Rob Cassedy, sigan produciendo ropa nueva al mismo frenético ritmo, sus
CEO de Wallapop. experimentos con la segunda mano no tienen mucho sentido.
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