La semana pasada publicamos una tabla elaborada por nuestra propia redacción sobre datos de InfoAdex y que reflejaba la evolución de la inversión los diez primeros anunciantes españoles de 2010 en los últimos cinco años, es decir tomando dos años previos a la crisis y los tres hasta ahora controlados en medio de ella. Una de las conclusiones posibles era que, salvo anunciantes en circunstancias especiales, solamente Procter & Gamble presentaba un incremento 2010 versus 2006 que pudiésemos calificar de neto, teniendo en cuenta la inflación. Aunque es cierto que aún no ha recuperado sus niveles de 2007, cuando dio un salto espectacular.
Se han conocido también ahora los datos de 2010 de los primeros anunciantes británicos facilitados por Nielsen. Recordemos que la crisis en el Reino Unido ha golpeado con la misma dureza que en España a los consumidores, por mucho que sus instituciones y medios financieros sigan levantando todo tipo de recelos acerca de nuestra economía. Pero dejando eso aparte, curiosamente, o como de era de esperar, según  se mire, también Procter & Gamble ha sido el anunciante que más fuerte ha apostado por la publicidad en el último año en el Reino Unido. Decimos que era de esperar pues en el ADN de esta compañía está el prepararse para sacar tajada de las crisis cíclicas separándose de sus competidores. Naturalmente, eso requiere de un músculo financiero que no todas las compañías se pueden permitir. Pero es más interesante aún la confianza en el marketing y la publicidad que transmite esa actitud. Así, resulta paradójico que mientras en nuestro país haber pasado por P&G sea un salvoconducto para un profesional del marketing que quiera cambiar de compañía, esa exportación constante de profesionales no haya consolidado una forma de ver la publicidad como una inversión en lugar de cómo un gasto, que es la gran diferencia entre la generalidad de las compañías españolas y británicas a este respecto.  De hecho, en 2010, con una situación económica también muy complicada, nada menos que 77 de los cien primeros anunciantes británicos incrementaron su inversión publicitaria. Sin duda un porcentaje que superará al de los anunciantes españoles, aún por conocer.
En cualquier caso, consolémonos con que no es tampoco razonable pensar que la distancia en años que nos separa del Reino Unido y Estados Unidos en cuanto a capitalismo avanzado y técnicas de marketing vayamos a enjugarlo en veinte años. Pero da rabia comprobar como de una crisis a otra, las empresas españolas (siempre generalizando) no modifican su primer acto reflejo: suprimir la inversión en marketing.