Recientemente he leído una crítica de Alex Bogusky a la última campaña de Coke, donde, según él, la gran marca de sodas trata de derivar su responsabilidad en los crecientes ratios de obesidad, y lo hace hacia las indefensas sillas.
Mi admirado Alex, hasta hace unos pocos años uno de los mejores influenciadores a sueldo de las marcas de las últimas décadas -dicho sin acritud- se ha convertido en un pródigo activista pro-derechos de los consumidores. Su conversión, digna de la de Saulo (luego San Pablo), parece que se produjo a raíz de reflexionar sobre la presión que la publicidad hacía sobre los hábitos y necesidades de sus pequeños hijos. Esto unido a que seguramente su cuenta bancaria se encontraba lo suficientemente cubierta como para no necesitar ponerse a sueldo de nadie, al menos en un buen tiempo.
Ambos tenemos un buen número de hijos potencialmente expuestos a la presión consumista pero, a diferencia, mi cuenta bancaria no me permite dejar de estar a sueldo de las marcas. Sin embargo, yo he encontrado el equilibrio perfecto, que me permite vivir de lo que más me gusta sin causarme diatribas morales. Porque existen mundos donde la batalla de las ventas se libra sin efectos colaterales, sin víctimas inocentes, y donde todo el talento de Alexander se podría usar sin miedo a cruzar los límites de lo que puede llegar a ser éticamente intrigante.
Me refiero al business to business, donde no hay problemas de conciencia. La lucha aquí es entre iguales, empresas versus empresas, más compleja y profesional, y donde como dice la leyenda, B2B products are bought, not sold! (los productos B2B son comprados, no vendidos). Efectivamente, los procesos de compra en los negocios entre empresas son más racionales; no obstante, un error en ellos puede provocar importantes consecuencias.
En definitiva, se trata de un lugar menos glamouroso, más gris (tu madre no suele ver las campañas que haces), pero donde el verdadero marketer encuentra los mejores retos porque se enfrenta a muros casi infranqueables, donde la creatividad que trabaja para la estrategia es normalmente la única fórmula para que la marca tome una ventaja.
 
Alberto Pastor
Socio Director de Garlic B2B.