Lamento que esta columna, por lo general de carácter jovial y desenfadado, se transforme en portadora de tan infaustas noticias. Querides lectores, con el dolor que invade cada porción de mi cada vez más voluminoso ser, me veo en la obligación de informarles que David Shing, Shingy, nuestro bienamado Digital Prophet, salió de AOL y Verizon Media el pasado agosto.
Como bien saben ustedes, asiduos lectores de ANUNCIOS, "salió de…", "deja la agencia…", "se desvincula de…", "ha abandonado la compañía para dedicarse a proyectos propios"… suelen ser eufemismos de "a este le han echao" o "joder, le han volado la cabeza". Por eso alucino con que este medio de comunicación en el que escribo no haya salido con una portada completamente en negro en señal de luto por esta tremenda noticia. Duros tiempos estos en los que no somos capaces de rendir homenaje a nuestros verdaderos héroes.
Supongo que, como yo, serán grandes admiradores de Shingy desde que descubrieron su nombramiento en AOL como, quizás, el mejor cargo jamás pensado para un ser humano: Digital Prophet. El profeta digital, según se leyó en un artículo publicado en el New Yorker, se dedicaba a "watching the future take shape across the vast onlinelandscape" y por ello le pagaban un salario de seis cifras (que no sé a ustedes, pero a mí hasta 999.999 dólares al año me parecería poco). Ya hablé de él en esta misma columna hace algún tiempo, en una ocasión en la que me le crucé en Cannes y quedé admirado de su melena en punta que desafiaba la fuerza de la gravedad mediante sobredosis de Elnett y de su capacidad de realizar discursos sobre el futuro de lo digital sin decir absolutamente nada relevante durante horas y horas. Capacidades ambas que admiro y envidio. Por cierto, he buscado en Google "shingy pacheco anuncios" a ver si encontraba la fecha de publicación de la columna y el sensacional algoritmo que gobierna nuestras vidas me ha devuelto con una precisión extraordinaria un artículo del diario La  Verdad: "Torre Pacheco recibe seis cabalgatas, una de ellas desde el tren de Balsicas".
NEGROPONTE
Visto lo visto y que, quod erat demostrandum, Google ya no es lo que era, la pregunta que deberíamos hacernos sería: "una vez que ha fallecido su profeta, ¿ha muerto también el digital?". Existe una corriente de opinión en sentido afirmativo, que expone que hemos abandonado la era digital para adentrarnos en una era postdigital, lo cual no es una idea precisamente nueva ya que Negroponte (el Digital Prophet fetén) escribió sobre ello en Wired en 1998: "Its literalform, the technology, is already beginning to be taken forgranted, and its connotation will become tomorrow'scommercial and cultural compost for new ideas. Like air anddrinking water, being digital will be noticed only by itsabsence, not its presence". Y en eso estamos ya desde hace algún tiempo, lo digital se da por supuesto y ya no es algo que diferencie a unas compañías de otras, por lo que cargos y discursos que lleven embebidos el término digital en ellos ya resultan como viejunos.
Mientras decidimos si lo digital está muerto o no, yo iría acabando con los banners, que hace nada han cumplido su 25º aniversario y continúan adornando nuestras páginas preferidas con sus coloridos reclamos que alcanzan cifras de CTR tan impresionantes de hasta el 0.07%. Y que, sin duda alguna, han sido y serán un lienzo extraordinario en el que expresar toda la creatividad de cualquier creativo que se precie. Ojo, salvo que la nueva aventura profesional de Shingy sea como Banner Prophet. Entonces, no.