Opinión

Un poco de benevolencia, por favor; por Mauro González

 

Durante los meses de febrero a mayo se dedicó en el Thyssen una retrospectiva al maestro postimpresionista Cezanne. Una primera sección de la muestra, La curva en el camino, se ocupaba del camino como motivo para que el espectador entrara en el cuadro. La curva no deja ver qué hay más allá; y además en el caso de Cezanne el camino está bloqueado y no conduce a ninguna parte.

Poco después se expusieron también en el Thyssen catorce obras maestras -Rubens, Giacometti, Manet, Cezanne, VanGogh…- bajo el título Miradas cruzadas: Acabado/Inacabado.

En el siglo XIX se generó un debate entre los académicos, defensores de la pintura muy acabada, sin rasgos de la presencia del artista en el cuadro y apenas sin cabida a la interpretación del espectador, y los artistas románticos, que preferían un cuadro más tipo boceto con facturas más abiertas, inacabadas… dando cabida a la parte más sentimental y privada. A partir de los impresionistas y postimpresionistas se puede decir que el boceto adquiere la categoría de obra acabada: lo inacabado adquiere el estatus de arte final y no mero proyecto, descuido o boceto.

Traigo a cuento ambas exposiciones porque me parece que son un reflejo claro y una explicación simbólica de nuestra sociedad : sociedad curva, no rectilínea ni despejada; y a suvez una sociedad que se esfuerza por pasar de lo acabado, perfilado y perfecto a vivir con el concepto de inacabado como proyecto vital.

Se están dando una serie de hechos que están sacudiéndolos cimientos de nuestra sociedad: la crisis económica que está llevando al empobrecimiento de muchas familias, la corrupción generalizada de políticos, empresarios y particulares; la mediocridad que se ha instalado en las instituciones; el desprecio a la naturaleza y el medioambiente; la deshumanización galopante que nos rodea por doquier…. Todos estos hechos están provocando los mismos sentimientos y desorientación que sintieron los hombres y mujeres del siglos XVI y XVII ante las transformaciones queacontecieron:

-          Se echan por tierra los principios de la cosmogonía antigua : el mundo no es redondo, ordenado, jerarquizado perfecto sino que es más bien un caos sinsentido.

-          Se debilitan los principios de la religión cristiana, porros descubrimientos de Newton (la Tierra no es el centro del universo; es más, es la Tierra la que gira alrededor del sol y no al revés.)

-          La fe se debilita y el hombre de la época entra en un tremendo desarraigo.

-          La moral como comportamiento que imitaba el modelo de perfección del universo, no tiene base donde sustentarse.

-          Etcétera, etcétera.

¿Acaso no podemos ver un cierto paralelismo entre estos acontecimientos de los siglos XVI y XVII y lo que está aconteciendo en la actualidad? ¿ Acaso el hombre de hoy no pone en duda todo en lo que creía, ha perdido la fe en las instituciones , en los líderes políticos y no encuentra motivos para ser un buen ciudadano, pagar los impuestos y mirar por el bien común?

IMPOSIBILIDAD

En efecto, existen profundas dificultades para diseñar/pensar el futuro y por otra parte se constata el fenómeno dela irreversibilidad, es decir lo que funcionó en el pasado ahora no nos sirve, por eso la inutilidad de volver y mirar atrás. Esta imposibilidad de volver al mundo tal y como era hasta ahora las dificultades de conceptuar mínimamente el futuro inaugura la instauración de una sociedad bloqueada, irreversible, imprecisa e inacabada.

Sociedad inacabada, curva, con dificultades de dibujar y perfilar su futuro:en el pasado era frecuente que la vida delos individuos y especialmente de los jóvenes estuviese más o menos programada: este programa estaba inscrito en el comportamiento del padre o de la madre, el cual servía de modelo a imitar; estaba inscrito en una especie de comportamiento que si lo seguías tenías asegurada la meta, el éxito y la felicidad: estudiar, formar una familia, seguir unos valores y costumbres… Todo esto constituía un programa acabado, perfecto, sólido, garantizado.

Las cosas han cambiado, se han dado la vuelta: lo que antes servía de pauta o resorte se ha venido abajo. Se está demostrando que el mundo, tal como era, no sirve y hay quereinventarlo:

-          Las figuras paterna/materna están en crisis; sus modelos, sus consejos, su forma de hacer y pensar se ponen en entredicho.

-          La carrera o la formación profesional no garantizan la consecución de un trabajo.

-          Ni mucho menos que hayas finalizado un ciclo.

-          El ensayo y el error, o vivir en clave de re (reformular, reconstruir, reiniciar, retomar, reconducir, resetear…)es pauta común. Nunca como hasta ahora hemos necesitado tanto este prefijo, tomado en su significado latino de reiteración como ahora.

-          Casi todo está asumiendo la condición de inacabado, incompleto, imperfecto, parcial, infinito.

La actualidad psicosocial del prefijo re viene dada por la dificultad que siente los hombres y mujeres a la hora de invertir su energía psíquica en el presente y en el futuro. En el pasado no era difícil pronosticar el futuro puesto que de alguna manera estaba ya perfilado en la vivencia cotidiana. El futuro estaba integrado en la psique de la gente, era una noción familiar, cercana, reconocible.

Hoy en día la noción de futuro se ha difuminado, apenas está apuntada en nuestra experiencia cotidiana. No nos queda otra opción que darnos una segunda, tercera o cuarta oportunidad en un intento de encontrar el camino a base de ensayo y error y de repetir pautas eficaces en el pasado peroque hoy no funcionan.

Irreversibilidad:Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía en 2001, en su libro Caída libre. El libre mercado y el hundimiento de la economía mundial, publicado en 2010,escribe: "No volveremos ni podemos volver al mundo tal y como era anteriormente". Se nos priva del refugio de la repetición, la nostalgia y la historia, que siendo inútil como bien se puede constatar, al menos es un consuelo psicológico. Ese camino bloqueado y que no conduce a ninguna parte que nos propone Cezanne, no es desde la perspectiva del espectador que mira al futuro , sino desde el espectador que mira al pasado, en busca de soluciones, de pautas, de anclajes para vivir el presente: el espectador se da cuenta que es un camino irreversible.

La angustia y el miedo como estado psicológico dominante:el miedo es la emoción dominante en nuestra sociedad: miedo al futuro, miedo a que esta crisis se prolongue indefinidamente, miedo a quedarnos solos. El miedo, junto a la constatación y la conciencia que tiene el sujeto de que todo está absolutamente abierto, inacabado y que no volveremos ni podemos volver al mundo tal como ha sido hasta ahora, provocan en el individuo angustia existencial. Podemos hablar pues de una sociedad angustiada, angostada y oprimida .También cabreada y con ganas de salir de esta situación. Pese a la angustia es una sociedad tremendamente vitalista.

Otra de las consecuencias que se derivan de esta situación-aparte de la angustia y el miedo- es la corriente que nos arrastra a adoptar un pensamiento limitado, que es un tipo de pensamiento egocéntrico, cerrado, que contempla el mundo desde los propios prejuicios, sin tener en cuenta a los demás y que se acompaña de una actitud ramplona y poco generosa.

Frente a este pensamiento egocéntrico e individualista es necesario, para superar el estado actual, adoptar y practicarle pensamiento ampliado: "Pensamiento ampliado podría definirse como aquel que se distancia de sí mismo para ponerse en lugar del otro no solo para entenderle mejor, sino también para intentar, tras un movimiento de retorno a sí mismo considerar sus propios juicios desde el punto de vista posible de los otros. (…) Esto exige autorreflexión y saber situarse a cierta distancia de sí mismo. El pensamiento ampliado quiere, adoptando hasta donde puede el punto de vista del otro, contemplar el mundo como un espectador interesado y benevolente" (Luc Ferry. Aprender a vivir ). La adopción y la práctica del pensamiento ampliado tiene mucho que ver, a su vez , con una posición ética ante la vida. El pensamiento ampliado, la amplitud de miras, el abandono de los prejuicios con los que juzgo y limito a los demás es una consecuencia de la posición ética que adopto. Y a su vez, el pensamiento ampliado trabaja en la extensión y consolidación de una concepción ética benevolente, desinteresada y que tenga en cuenta a los demás.

Es Kant quien introduce el concepto de pensamiento ampliado, que entronca con la buena voluntad en la que el filósofo basa el principio de moralidad. No está de más recordar estos pilares de la ética moderna ante tanto abuso y corrupción existente:

La ética se apoya en la libertad, la buena voluntad y la preocupación por el interés general. El hombre se diferencia de los animales en la medida que es libre para separarse delas exigencias de la naturaleza (naturaleza interesada, egocéntrica y particular) y pensar en los demás, mirar por ellos y tener en cuenta sus exigencias. La moral o la ética moderna se fundamentan en el desinterés propio y en la universalidad, es decir en aquello que no me beneficia sólo a mi sino fundamentalmente a los demás.

Frente a la crisis económica, ética. Frente a la mediocridad, ética. Frente a la desidia y desinterés, ética. La crisis es una crisis ética, cuyo circulo vicioso se debe romper con el descubrimiento de los otros, de lo público y el interés por los otros y lo público por encima de las exigencias de lo particular.

Dentro de la idea de pensamiento ampliado, Luc Ferry introduce un termino que me parece muy pertinente: la benevolencia. Necesitamos ser benevolentes con nosotros mismos y con los que nos rodean. Esta benevolencia no significa tolerancia hacia la corrupción, la mediocridad, la farsa o la manipulación; significa ante todo atrevernos a pensar en positivo, ser generosos, pacientes y positivos con nosotros mismos; benevolencia como sinónimo de buena voluntad. Que no hable de continuo el juez que llevamos dentro. Tenemos que aprender a ver el mundo con benevolencia, no como si estuviésemos continuamente guerreando con lo que nos rodea. Necesitamos relacionarnos con los demás de forma benevolente para que poco a poco vuelva a surgir una comunidad comprensiva , generosa , y sin los recelos actuales. Necesitamos benevolencia para poder reírnos, alegrarnos, vivir y tener la capacidad de desmitificarnos y aportar un poco de humor a nuestra vida diaria.

Delimitar, poner límites:Junto con la recuperación de la ética y la actitud benevolente, otra formulación para superar esta crisis y la situación en la que nos encontramos es la de poner límites a las cosas. La crisis se alimenta de una corriente de pensamiento que postula que no hay que poner límites a nada y por tanto que todo vale. Esta corriente deriva de ciertas acepciones y significados negativos del límite, como son la imposición, la separación, la frontera; mejor movámonos en la libertad, en la tolerancia, en el dejar hacer-dicen- (que no hace sino esconder una debilidad intelectual y una falta de rigor en el pensamiento). El no poner límites hace que se confunda la desfachatez y la espontaneidad, la libertad de expresión y la imbecilidad, la elegancia y lo estrafalario, la decencia y el puterío, el sálveme yo y que a los demás los jodan. La crisis se alimenta de la confusión, de la falta de límites, de la inconsistencia y la falta de rigor en el pensamiento.

Frente al todo vale, es necesario poner límites, definir, perfilar, identificar, para hacer de este magma incontrolado, algo manejable, delimitado y asumible. Pero para conseguirlo necesitamos autorreflexión, rigor y exigencia intelectual (yen esto ya podemos empezar cada uno a cambiar, para que esta sociedad cambie y progrese ) y rigor y exigencia en el lenguaje. Es fundamental que quienes se postulan como líderes políticos, empresariales, religiosos etcétera, cuiden el lenguaje, la palabra (palabra de verdad ), el discurso… no tanto para una correcta construcción lingüística cuanto como expresión de un rigor intelectual , fruto de la reflexión y la profundidad. La crisis a todos los niveles se alimenta de la superficialidad y la banalidad de pensamiento. Poner límites, delimitar no es un ejercicio excluyente y rígido. El ejercicio de limitar es precisamente lo que favorece y posibilita el que nos situarse en el límite, como lugar de superación de contradicciones y de posturas irreconciliables. Uno de los valores que más se demandan en nuestra sociedad como motor de cambio es el de la flexibilidad: flexibilidad para renunciar a la historia, al pasado, a las huellas que nuestra experiencia nos ha dejado y la capacidad para aceptar lo nuevo y diferente, cambiar de perspectiva de expectativas. El límite, la frontero, lo fronterizo es el punto que mejor compagina esta doble perspectiva. Porque lo fronterizo aúna razón, incomprensión ( misterio) e imaginación.

Situarse en el límite, en el espacio fronterizo, es adoptar una actitud de flexibilidad y apertura, salirse de la zona de confort y vivir en la inseguridad. La inseguridad es la emoción que nos hace progresar. El límite es el espacio de la fusión entre dos ideologías, territorios, ideas o civilizaciones ;supone la elaboración y la superación de dos o más realidades en una nueva, diferente, distinta : fusión de estilos musicales, fusión de estilos pictóricos y arquitectónicos, fusión de pensamientos y actitudes ante la vida, el trabajo, la naturaleza…

Finalmente, reproduciendo el título de una de las exposiciones del Thyssen, Miradas cruzadas: Acabado/Inacabado, la concepción de una sociedad inacabada, capaz de mejorar y transformarse, perfectible, en suma, es una perspectiva, una mirada que posibilita el esfuerzo y la superación. Pienso sinceramente que actuar y vivir como siesta sociedad fuese perfecta, acabada, repetible sucesivamente, aparte de imposible, es un gran error. Todo fluye, nadie puede bañarse dos veces en un mismo río. La sociedad es el espejo de la evolución y el deseo de superación de los ciudadanos . Repetir fórmulas es un ejercicio estéril e inútil: es lo que hacen los políticos y la mejor vía para no salir nunca de la crisis.

Mauro Gonzalez es socio director de Punto de Fuga

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