Cada vez hay más marcas que deciden cantarle al consumidor las bondades de sus productos o servicios. La relación entre música y publicidad es antigua, y las posibilidades que ofrece este recurso son bien conocidas por agencias y anunciantes, pero parece que en los últimos meses se ha intensificado el uso de las canciones creadas ad hoc para spots de televisión como una vía eficaz para atraer la atención de los saturados espectadores.

La última en sumarse a la lista de spots con ritmo es la nueva campaña de Ikea, que ha decidido promocionar su oferta de muebles para el salón con un pegadizo tema compuesto para la ocasión por Toni M. Mir y Joaquim Molins. La campaña ha sido creada por SCPF.

Renault es otra de las marcas que, de la mano de Publicis Lado C, con más éxito están explotando este camino. Después de la notoriedad obtenida por el último spot de Mégane, donde se versionaba el tema principal de La Historia Interminable, la firma automovilística ha repetido con la música en la campaña de la gama de vehículos ecológicos Renault Eco2. También ha sonado bastante durante el verano la versión de Chimo Bayo que Publicis creó para Atún Calvo. De hecho, el tema se puede descargar como politono para el móvil y ha conseguido que Chimo Bayo vuelva a estar de moda en Youtube.

Las entidades financieras tampoco se han quedado fuera de esta tendencia. Santander ha recuperado una vieja melodía utilizada como canción corporativa para explicar su nueva oferta de valores con una nueva letra. Comunica +A es la agencia responsable del trabajo. Caja Madrid, por su parte, versiona un tema de Pimpinela en la campaña del depósito Sentido y Sensibilidad, creada por Shackleton. El tema se puede escuchar tanto en las cuñas de radio como en la web www.sentidoysensibilidad.com, donde se ha incluido un vídeo en el que unos falsos Pimpinela rompen su relación por la rentabilidad que ofrece el nuevo depósito de la entidad. El vídeo, con intención viral, se puede personalizar y ser reenviado después.

Las claves del éxito de una canción de anuncio son una melodía pegadiza y una letra con gancho. Y el objetivo final, que la canción traspase el ámbito publicitario y cale a nivel popular, como consiguieron MTV con Amo a Laura (reconocida en el Festival de San Sebastián con el sol de Platino hace dos años) o, más recientemente, Renault con Neverending Road.

Pero quizá ha sido Coca Cola la marca que en los últimos años más ha explotado este recurso en la publicidad de todas sus marcas: Coca Cola Zero (que se presentó con un spot homenaje a West Side Story), Aquarius (que ha utilizado un éxito de Raphael, versionado por los consumidores en una promoción posterior), Coca Coca Light (en este caso a ritmo de la percusión de Mayumaná) o Coca Cola tradicional.