Presidente y director creativo de BBDO Argentina. Comenzó su carrera en 1992 en Casares Grey, donde entró como trainee y llegó a ser director general creativo, en 1997. En el año 2000 se incorpora a Ratto/BBDO como cabeza del departamento creativo y, en 2001, lidera el lanzamiento de BBDO Argentina junto con su actual socio Daniel Melero. Uno de los últimos trabajos de su agencia para Nike, Barrio Bonito, consiguió el Grand Prix en Clio, FIAP, El Sol, El Diente y The Cup, dos Leones de Oro y dos lápices en One Show, entre otros reconocimientos, consagrándose como una de las pieza más premiadas de la historia de la publicidad argentina. Pérez es miembro actualmente del Creative Board de BBDO Worldwide y ha sido recientemente elegido Presidente del Círculo de Creativos Argentinos.
Anuncios.- ¿Qué expectativas ofrece la edición de El Sol de este año en la sección que usted preside?
C. P. - Siempre trato de tomar la invitación a formar parte de un jurado como una invitación a un aprendizaje colectivo. Aprenden, sin duda, los jurados al ver tanta publicidad y al escuchar los argumentos de sus colegas a la hora de valorar piezas. Y aprendemos todos, inevitablemente, como comunidad al mirar el palmarés. Todo palmarés es una interpelación a pensar. Estemos a no estemos de acuerdo con él.
A. -¿Confía en que la radio sea más brillante que en ediciones anteriores?
C. P. - Creo que debemos acercarnos a la categoría con la esperanza de encontrar piezas que le hagan honor a un medio mágico, que no ha perdido en cien años su poder de influencia en la sociedad.
A. -¿Y la gráfica? ¿Cómo se podría acabar de una vez por todas con los recelos que despierta por considerarse una sección plagada de truchos?
C. P. - Hay una responsabilidad colectiva ante el fenómeno global y masivo de los festivales. Digo, una responsabilidad colectiva para que a la noción de festival no le pase lo que le ha pasado al Tour de Francia. El imperativo de ganar termina destruyendo la credibilidad, no ya solo del ganador sino de todo el sistema. ¿Qué se puede hacer?
A la hora de inscribir, honestidad intelectual (y no creo estar cayendo en una postura naif. En mi país, por ejemplo, ya sabemos qué agencias y qué profesionales han hipotecado su prestigio atrás del metal ganado con anabólicos). Creo que allí reside la gran responsabilidad. Entender que el festival en un bien común, muy valioso para todos, pero susceptible de ser destruido en la medida en que se insista en usarlo por izquierda. A la hora de juzgar, que es lo que nos ha tocado en suerte en esta edición, elegir la mejor pieza y asegurarnos de que cumpla con el reglamento. Ésa es la función del jurado. Y la única posible: pedirle más, es que aborde la improbable tarea de perseguir brujas.
A. - ¿Qué desearía para esta edición, de nuevo, en el caso concreto de su sección?
C. P. - Sorprendernos gratamente. Encontrar piezas que hubiéramos querido hacer. Sentir, una vez más, ante la buena creatividad, que vale la pena dedicarse a esto. Hacer sentir todo lo anterior, con nuestro trabajo, a los que asistan al festival.