Si hay algo especialmente destacable de la intervención de Eugene Park, global creative director en Cheil Worldwide, en el Kusaal fue realizar una meditación con la activa participación de la audiencia. Y es que incidió en algo a priori sencillo y lógico: la importancia de respirar. “El humano no es consciente de cuando respira. Actuamos sin pensar, en estado automático, y debemos respirar y ser consciente. En momentos de quietud se nos ocurren más cosas”. Habló de la intuición como un súper poder que hay que descubrir y que nada tiene que ver con el instinto o la corazonada.
La tecnología, apuntó, insiste en que evolucionemos y “nos permite aprovechar el tiempo, ahorrarlo”. En concreto, aseguraba que la IA no toma decisiones basadas en gustos. “Lo que nos distingue de las máquinas son nuestras preferencias y elecciones creativas” y sugería ser ilógicos. “Eso también nos diferencia de la tecnología. Hacer cosas que no siempre tienen sentido nos hace sentir vivos”.
Park no fue la única que propuso meditar en esta edición. También lo hizo en la sesión de tarde del festival María Arnal, artista, cantante y compositora. En su caso se trató de una meditación sonora en la que pidió la colaboración del público asistente (un aforo casi completo) para unir las voces y jugar con su voz y la IA mostrando diferentes y curiosos efectos.
Disfrutonas
Dos mujeres admiradas por la industria y que han hecho que este negocio sea respetado. Han batallado desde sus puestos con gigantes de muchas cabezas. Dignifican el negocio que nos ocupa. Guerreras y grandes damas. Estas son solo algunas de las palabras que les dedicó Alfonso González, chief strategy officer de Havas Media Network, a Lidia Sanz, directora de la AEA, y a Concha Wert, fundadora del CdeC, que charlaron distendidamente de sus trayectorias, de la colaboración histórica de sus organizaciones y algo sobre futuro.
Salvando la contradicción de que bajo el lema de Irremplazables, Wert ya no ejerce su cargo y Sanz esté a unas semanas de dejar su posición, ambas tienen claro que las instituciones que han representado no deben ser reemplazables y tienen aún mucho que hacer. “El trabajo colectivo, el bien común, es fundamental”, aseguraban. “La AEA y el CdeC han sido siempre muy cómplices. El trabajo conjunto hace que la industria florezca y vaya hacia arriba”.
Wert insistía que la guía o faro es demostrar desde el Club de Creativos que la creatividad genera de verdad negocio y que en ese camino es muy importante la colaboración de las marcas.
En una conversación muy alineada entre ambas, recordaron los difíciles tiempos de pandemia y los logros alcanzados por sus organismos en esas circunstancias, señalaron al Día A como el evento de mayor complicidad de ambas organizaciones (“espacios como ese deben sr más habituales”, decía Wert) y se convertían en magas que, si pudieran cambiar algo, utilizarían su varita para, en el caso de Sanz, “pedir que se trabaje en poner en valor la publicidad desde muchos ámbitos. Sobre todo, desde el de la legislación, que no nos haga más pequeños, como está ocurriendo) y Wert “para eliminar todo el bullshit”.
El papel de la mujer o vislumbrar un futuro a nivel personal en el que principalmente aspiran a ser disfrutonas de la vida sirvieron como colofón a este encuentro.