Si ustedes, como yo, pertenecen a ese minoritario y selecto grupo de personas que mora en la intersección de los conceptos ‘Sujetos que leen el Anuncios’ y ‘Sujetos que ven partidos de basket de la ACB’, seguro que, al leer el título de esta columna, una cancioncilla en forma de versión de Video killed the radio star les ha vuelto a taladrar el cerebelo.
Efectivamente, queridos amigos, hablo de Tu página web de Casa Marcial. Tu página web, lo vas a petar. Ignoro, como comprenderán, si la susodicha página web de la ficticia casa de fiambres y variantes lo ha petado, o no. O si Ionos, el que paga toda esta fiesta, lo está petando. O no. Lo único que seguro que ha petado es mi paciencia.
Ya entiendo que, a ustedes, estimados lectores de esta prestigiosa revista marquetinera, el hecho de que Ionos, la empresa de hosting, creación de páginas web y todas estas zarandajas, patrocine los encuentros de la Liga Endesa de baloncesto les da bastante igual. Siéntanse libres de saltarse esta columna, ya nos veremos en otra ocasión para hablar de cosas más sesudas. Pero es que servidor de ustedes ve más de cien de estos partidos al año. Multipliquen por 3-4 las veces que me tengo que tragar el jingle en los tiempos muertos de cada partido y espero que comprendan el porqué de mi atronamiento.
Partamos de la base de que no tengo nada contra la pieza en sí. De hecho, hasta podría llegar a gustarme si no la tuviera tan atravesada. El problema es cuando alguien decide patrocinar un campeonato de lo que sea durante tres temporadas, cosa que los aficionados le agradecemos porque nos permite continuar disfrutando de nuestro deporte favorito, y rellena los slots que le corresponden con la misma creatividad, una y otra vez, una y otra vez. Como en un exasperante Día de la Marmota de garrafón en el que Bill Murray se ha convertido en Marcial y hemos cambiado a Sonny & Cher por una versión de The Buggles, para regocijo de nadie.
Es un tema esto de los patrocinios. Por un lado, parece una buena idea (y lo es) asociar tu marca a eventos y campeonatos deportivos. Pero, por otro, cuanto más larga es la duración del patrocinio, más se hace patente la dejadez de algunos anunciantes que, lejos de crear acciones ad-hoc, se dedican a freír y refreír campañas que ya tienen en circulación. Por eso, creo que ha llegado el momento de desenterrar mi vieja idea de otorgar los Premios Inefi a las campañas más ineficaces del año, solo para premiar con un orazo a esta reposición infinita que bate todos los récords que conquistó Verano Azul en su momento. Aunque hay que reconocer que, esta temporada, han innovado añadiendo la coletilla “Crea tu página web con nuestra nueva inteligencia artificial”. Igual podríamos tirarle un par de prompts a esa IA, a ver si nos saca ideas para aprovechar mejor el patrocinio.
Antonio Pacheco, director creativo ejecutivo en Negro