Page 54 - MAS 8
P. 54

# cultura






                                                                >>  Sea como fuere, Juan Ángel López-Manzanares opina que “criticar o
                                                                  censurar una pintura o a un pintor por lo que pinta parece casi propio de
                                                                  regímenes totalitarios”. Y a la hora de juzgar el arte, son los criterios artísticos
                                                                  los que deberían primar. “Ha habido artistas como Caravaggio acusados de
                                                                  asesinato, pero eso no quita para que su obra sea magnífica”, sostiene.

                                                                  Driéguez opina, sin embargo, que este tipo de debates son positivos, tanto
                                                                  a nivel social como artístico, y no solo no restan sino que suman. “Que
                                                                  se cuestionen ciertas cosas o a ciertos artistas que siempre han formado
                                                                  parte del canon y han sido engrandecidos por el sistema del arte me parece
                                                                  interesante desde el punto de vista del feminismo y de la cultura, que al
                                                                  final sale enriquecida. Muchas veces cuando se explica la historia del arte
                                                                  se eluden ciertos temas. Entender que muchos artistas eran misóginos,
                                                                  machistas o maltratadores también nos da una perspectiva más completa de
                                                                  su obra. Nos ayuda a verla desde otro punto de vista”.
        Lifetime ha producido ‘Surviving R. Kelly’.
                                                                  También ella coincide en que la  censura no es la solución, aunque no tiene
                                                                  tan claro que trazar una línea que separe la obra del artista sea positivo,
                                                                  o  incluso posible.  “Obviamente  te  pueden  gustar  cosas  que  han  hecho
                                                                  verdaderos monstruos. No creo que se tenga que dejar de valorar a un artista
                                                                  o a su obra por lo que ha hecho en su vida privada. Si nos pusiésemos a
                                                                  retirar las obras de maltratadores seguramente nos quedaríamos sin buena
                                                                  parte del arte contemporáneo”, ironiza. “Pero tampoco podemos dejar de
                                                                  lado nuestros criterios morales a la hora de juzgar su trabajo. Creo que no
                                                                  se trata de retirar esas obras, sino de que cuando, por ejemplo, se explique
                                                                  la obra de Picasso se ofrezcan diferentes versiones y se ponga en cuestión la
                                                                  relación que tenía con las mujeres, que también se ve reflejada en sus obras.
                                                                  No se trata de minusvalorar, sino de releer y dar nuevos significados. Eso no
                                                                  saca a las obras de contexto. Al contrario. Ver que en esas ninfas de Balthus
                                                                  o en algunos retratos de Picasso hay una clara misoginia no resta valor al
                                                                  artista a nivel artístico o histórico, solo aporta una nueva visión”.
        Una imagen de ‘Leaving Neverland’ (HBO).



        también La figura de miCHaeL JaCkson Ha quedado muy
        toCada después de ‘Leaving neverLand’. Las Cuatro Horas
        de doCumentaL dan voz a dos de sus presuntas víCtimas,
        Wade robson y James safeCHuCk, que Cuentan Con todo
        LuJo de desagradabLes detaLLes La reLaCión que, aLegan,
        Les unió aL Cantante siendo niños.



                                                                  La cuestión se complica si hablamos de artistas vivos a los que se acusa de
                                                                  conductas cuestionables, incluso de delitos. Porque en ese caso apoyar su
                                                                  obra podría de algún modo ofrecerle un paraguas moral y también financiero
                                                                  para continuar con ese comportamiento. Es el caso del cantante R. Kelly. La
                                                                  emisión hace unas semanas de Surviving R. Kelly, el documental en tres
                                                                  partes sobre el extenso historial como depredador sexual del cantante, se
                                                                  convirtió en un fenómeno televisivo en Estados Unidos. No tanto porque
                                                                  las acusaciones resulten novedosas (las denuncias en su contra se remonta
                                                                  dos décadas atrás y ya ha sido juzgado por acusaciones similares), sino por
                                                                  lo impactante que resulta ver todas las evidencias juntas: son seis horas de
                                                                  testimonios que repasan veinticinco años de abusos a mujeres, muchas de
                                                                  ellas, adolescentes. En el documental, producido por Lifetime, participan


      54
   49   50   51   52   53   54   55   56   57   58   59