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contra esas enfermedades a las que, a pesar de que afectan a más de 1.500
millones de personas en el mundo, hacemos poco caso porque se concentran
sobre todo en países pobres de África, América o Asia.
Pilar Mateo llevó a Bolivia su gran invento, Inesfly, una pintura con una
tecnología de microencapsulación que permite una liberación retardada del
insecticida de hasta dieciocho meses. “Fue una experiencia muy dura en lo
profesional pero muy gratificante en lo personal. Teníamos que pintar casas
y muchos guaranís no tenían ni paredes. Teníamos que ir a comunidades y
no había carreteras. Quería hablar de salud en lugares donde las normas más
básicas de higiene eran desconocidas. Y por si fuera poco, llegó el fenómeno
de las lluvias torrenciales de El Niño y nos faltaba hasta la comida”. Esa
bofetada de realidad hizo que se diera cuenta de que el problema de fondo,
la causa real de esas enfermedades, no es un bichito, sino las durísimas
condiciones en las que todavía viven millones de personas en el mundo. Eso
es lo que de verdad provoca que todavía mueran miles de personas al año
por enfermedades para las que la ciencia tiene solución. Por eso, en paralelo
a sus investigaciones científicas, Pilar Mateo ha llevado a cabo multitud de
proyectos de desarrollo de planes integrales contra la pobreza. “En parte se
debe a que soy una persona de mucha acción, de las que piensa que en la
vida uno es lo que hace. Por otro lado, estar en contacto con la realidad me
ha permitido entender mejor el tipo de soluciones y de productos que se
necesitaban”, explica. Es presidenta del MoMIM (Movimiento de Mujeres
Indígenas del Mundo) y dirige su propia fundación, desde la que trabaja con
organizaciones locales para apoyar a los grupos de población más vulnerables:
infancia, mujeres y colectivos indígenas, promoviendo su participación para
garantizar la sostenibilidad de los proyectos una vez están en marcha. Además
de tener ocho familias de patentes en más de un centenar de países, de
presidir InesFly Corporation y su trabajo social, Pilar Mateo ha fundado las
Pilar Mateo posa delante del mural empresas Shichi World, una marca cosmética que nació con el fin de dar una
de homenaje que el Ayuntamiento oportunidad laboral a mujeres mayores de 45 años en el sector de la belleza y
y la Universidad Politécnica de
Valencia le han dedicado. del cuidado personal, y Filmántropo, una productora que desarrolla series y
documentales de carácter social. ¿Se considera Pilar Mateos más científica,
emprendedora o activista? “Es una moneda que, en vez de dos caras, tiene
tres. Creo que soy una científica, emprendedora en lo económico y activista
en lo social. Pero quizás uno nunca es como se ve, sino como le ven los
demás”, reflexiona.
Lo de ‹enfermedades desatendidas› no es una forma de hablar. Se calcula
que solo un 10% del gasto en I+D del mundo se destina a esas enfermedades
que afectan al 90% de la población. A día de hoy, según la OMS, 2.000
millones de personas en el mundo (una de cada seis) no tienen acceso
a medicamentos esenciales. La COVID-19 ha hecho que mucha gente
sea más consciente de la importancia de la ciencia, pero que esa nueva
conciencia social contribuya a arreglar ese desequilibrio es algo que Pilar
Mateo no tiene tan claro. “A corto plazo están cambiando muchas cosas.
Por ejemplo, ahora veo más científicos en los medios de comunicación
que los que había visto en toda mi vida. En muchos colegios los profesores
están hablando a sus alumnos de la importancia de la ciencia. Es algo que
vivo diariamente. Se publican muchos libros de ciencia, incluso hablando
de mujeres, lo cual es muy novedoso. La cuestión es saber cuánto tiempo
durará este interés. Y ahí tanto las administraciones públicas como los
medios de comunicación de masas tienen un gran papel a jugar educando a
la ciudadanía en estos temas”. #
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