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«PONERTE A TI EN Foto: Telefónica
EL CENTRO NO
ES EGOÍSTA. AL He visto toda una evolución y, afortunadamente, a mejor. Hemos
CONTRARIO, ES LO pasado de no tener la consideración de deportistas de alto nivel
MÁS GENEROSO por parte ni de las instituciones ni de la sociedad, a ser tratados
como deportistas olímpicos. No podía ser de otra manera, porque
QUE PUEDES HACER, somos igual de profesionales a la hora de entrenar y de competir.
PORQUE SI TÚ ESTÁS Ha habido dos momentos clave en esta evolución. Uno fue la
BIEN SERÁS CAPAZ puesta en marcha del Plan ADO Paralímpico, que nos dio esa
DE HACER QUE LOS consideración de deportistas de élite. No nos concedía ni de lejos
DEMÁS TAMBIÉN los mismos medios, pero sí herramientas que antes no teníamos,
ESTÉN BIEN» como acceso de los centros de alto rendimiento. El otro momento
clave fueron los Juegos de Londres, donde por primera vez se nos
dio el mismo estatus que a los olímpicos y nuestros logros empe-
zaron a tener más repercusión en los medios. En mi caso, fue la
primera vez que se me comparó con Michael Phelps.
Los discretos resultados de París abrieron un debate so-
bre la necesidad de que España replantease su modelo de
apoyo a los atletas olímpicos, pero ¿cómo vamos de apo-
yos públicos y privados al deporte adaptado?
El Plan ADO Objetivo Paralímpico es distinto del Plan ADO Ob-
jetivo Olímpico. En el segundo caso, la mayor parte de las becas
vienen de dinero público, en el nuestro, dependen en un 90%
de dinero privado. Las empresas hacen aportaciones al Comité
Paralímpico Español y este lo distribuye. Pero la mayor diferen-
cia es que si los olímpicos consiguen ser finalistas, ya tienen las
becas garantizadas, en nuestro caso depende de si ganamos o no
medallas. A partir de un cuarto puesto, ya no te puedes plantear
dedicarte en exclusiva al deporte.
¿Ser la deportista más laureada de la historia de España y
un referente del movimiento paralímpico a nivel interna-
cional pesa de algún modo?
Es muy bonito. Parto de la base de que no le doy importancia a las
medallas, simplemente he tenido la suerte de ganarlas. Se me da
bien nadar y gano. Además, tengo una cabeza muy centrada y me
lo paso muy bien compitiendo. Es verdad que desde Tokio hasta
aquí se ha convertido en una pequeña proeza. Ganar medallas en
las condiciones en las que las gano ahora sí es más destacable, por
haber sido capaz de sobreponerme a una adversidad muy comple-
ja. Ha sido un proceso progresivo. Tres meses antes de los Juegos
de Tokio, en un campeonato de Europa, se me salió el brazo y me
lo tuvieron que inmovilizar. A una persona en silla de ruedas, no
poder mover el brazo le complica mucho la vida. Hace tu auto-
nomía personal mucho más difícil. En mi caso, además, muchas
veces tengo espasticidad [un trastorno motor que provoca tensión
y rigidez muscular] y necesito ayuda para vestirme, para pasarme
a la cama, etcétera. Hay momentos muy duros. La vida está llena
de pedruscos que parecen insalvables, pero podemos superarlos
tirando de herramientas, imaginación y creatividad. Yo soy una
superviviente nata.
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