La semana pasada se vivió en el mercado español de los medios un acontecimiento que hay que saludar como inusual: salió a la calle Público, un nuevo diario de vocación nacional y de pago, fruto en este caso de la iniciativa empresarial de Mediapro. Lanzar una publicación de estas características es arriesgado en cualesquiera circunstancias y mercados, pero podría decirse que más aún en la España del momento, en la que el segmento en el que se coloca Público parece bien servido y donde los diarios viven la audiencia y la difusión estancadas desde hace muchos años.