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“Desde Greenpeace pedimos la prohibición de todos los plaguicidas peligrosos para las abejas y una apuesta decidida por la agricultura ecológica. Personas y abejas estamos juntos en esto. Es una lucha común. Por eso esta vez, como medida de presión, queremos conseguir 250.000 firmas y unir a nuestra petición 250.000 firmas más realizadas por abejas”. Para conseguirlo, la ONG, de la mano de Tiempo BBDO, ha desarrollado un sorprendente proyecto que gira alrededor del concepto ‘Su futuro también es el nuestro’.
Según explica Luís Ferreirim, responsable de Agricultura de Greenpeace, “fue en 2013, pasados casi veinte años de denuncias activas, cuando la Unión Europea prohibió parcialmente cuatro de los plaguicidas más peligrosos para las abejas gracias a las miles de firmas conseguidas en toda Europa. Sin embargo, estas prohibiciones son sólo parciales, estando permitidos algunos usos. En España, por ejemplo, todavía están autorizados más de 300 productos peligrosos para las abejas”. Con esta situación como punto de partida, el equipo de Tiempo BBDO se puso a trabajar en una acción para concienciar e implicar a la sociedad. Y llegaron a una conclusión, que Tomás Ferrándiz, director creativo de la agencia, explica diciendo que “en el fondo no se trata sólo de salvarlas a ellas, se trata también de salvarnos a nosotros mismos. Podríamos decir que ésta es una lucha común que nos implica a ambas especies. ¿Había alguna manera de plasmar esta suma de esfuerzos? Sí. Llegamos a la conclusión de que la petición de firmas también sería común, no sólo recogiendo firmas de personas, sino también recogiendo firmas de las propias protagonistas: las abejas, y llevarlas todas juntas al Ministerio de Agricultura. En realidad las abejas cuando vuelan dejan un trazo invisible en el aire, como si fuese una firma así que nos propusimos materializar ese movimiento, dibujarlo, hacerlo realidad y convertirlo en firma”.
Para conseguirlo, Tiempo BBDO contó con la colaboración de Glassworks, empresa que desarrolló un software que registrara los movimientos de las abejas y convertir su vuelo en metáfora de sus firmas. Además, el proyecto decidió ir un paso más allá y se diseñó un sistema de registro a tiempo real que permitiera seguir los vuelos en directo ante las colmenas. Desde Xavi’s Lab, el departamento de proyectos especiales de Glassworks, se desarrolló un programa que convertía los puntos clave de la ruta de las abejas en elegantes líneas vectorizadas, creando una firma digitalizada.
Con este desarrollo se consiguieron 258.531 trazos que se convirtieron en 250.000 firmas. Una vez comprobado que era posible hacerlo realidad, para dejar constancia del proceso, la agencia contactó con El Cangrejo, una productora audiovisual barcelonesa que se sumó al proyecto y convirtió toda la acción en una serie de vídeos documentales.
Proceso
Durante el proceso, según cuenta la agencia, surgió algo que no estaba previsto. Cuando el equipo realizó las primeras pruebas descubrieron que los trazos eran como pequeñas obras de arte. Por ello, decidieron escoger 100 y plasmarlas en láminas. Para conseguirlo, Glassworks se valió de la ayuda de un brazo robot, cedido por Universal Robots, que en tiempo real pintó con tinta y pincel las firmas que fueron seleccionadas por el equipo. Las láminas resultantes formarán parte de la segunda fase de todo el proyecto, que se iniciará más adelante.
Las 250.000 firmas recogidas se unirán a las firmas de las personas a través de la web https://salvalasabejas.greenpeace.es/. Cada vez que una persona firme la petición, su firma se asociará directamente a una de las 250.000 firmas de abejas y el usuario podrá tener una imagen de ambas firmas para descargarse y compartir en sus redes sociales. Todas estas firmas servirán para desarrollar un plan de acción integral que incluirá nuevos vídeos, gráficas, merchandising, pósters, exposiciones y campaña de banners.
Con este proyecto, Greenpeace quiere conseguir que en la UE se mantengan y refuercen las actuales prohibiciones y que en España se establezca una hoja de ruta que prohíba otros plaguicidas igualmente peligrosos que están autorizados, se apoye la agricultura ecológica y que incremente a 7,6 millones de hectáreas la superficie dedicada a la agricultura ecológica para el año 2020.