Cuando te hablan muy bien de una película, de un concierto o de un espectáculo, las expectativas suelen distorsionar el resultado. En el caso de formar parte del jurado de Cannes, es todo lo contrario. Todo el mundo te habla bien, de la experiencia, del aprendizaje, de las relaciones… pues bien, el resultado es igual o incluso mejor. Solo tengo un pero, cuando sales de esos largos paneles de jurado y se acerca el momento drinks, se baila poco y se habla mucho… Y eso que igual quien está en la cabina es un tal Steve Aoki o un grupete llamado Justice.
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