Nos encontramos en el umbral de una nueva era laboral caracterizada por la creciente integración de las máquinas en nuestras actividades profesionales. Esta revolución no es ajena al mundo del marketing y la publicidad, donde la inteligencia artificial (IA) está comenzando a desempeñar un papel fundamental (personalización de contenidos, creación de imágenes y diseños, optimización de campañas publicitarias, análisis predictivo del consumidor, automatización de respuestas al cliente, etcétera).
Muchos expertos en marketing y publicidad sienten temor ante la posibilidad de que la IA pueda reemplazarles en sus puestos de trabajo. Esta preocupación no es infundada, ya que la IA ha demostrado ser extremadamente eficiente en la automatización de ciertas tareas. Sin embargo, es crucial entender que un trabajo no se limita a la ejecución de tareas aisladas; es un conjunto de habilidades, decisiones y creatividad. Un ejercicio práctico que recomiendo al lector es escribir en una hoja de papel cada una de las cosas que hace normalmente en un día cualquiera de trabajo. A continuación, marcar en el margen derecho de dicha lista cuáles de ellas son fácilmente reemplazables por IA y cuáles no. Con sorpresa descubrirá que muchas de ellas no son fácilmente sustituibles.
La IA, indudablemente, es excelente automatizando procesos y analizando grandes volúmenes de datos, pero esto no significa que pueda reemplazar la esencia humana en el trabajo. La IA actúa, además, como un complemento que potencia nuestras capacidades, ayudándonos a ser más eficientes. La sinergia entre humano y máquina resulta ser más poderosa que cualquiera de los dos por separado, gracias a la combinación de la intuición, la creatividad humana y la precisión y velocidad de las máquinas.
Dicho esto, con la integración de la IA, es innegable que la manera de trabajar en marketing y publicidad está destinada a cambiar. Esta transformación no debe verse como una amenaza, sino como una oportunidad para evolucionar y adaptarse a las nuevas dinámicas del mercado. La IA puede liberar a los profesionales de tareas repetitivas y analíticas, permitiéndoles concentrarse en aspectos más creativos y estratégicos. Para no quedarse atrás en esta nueva era, los profesionales del marketing y la publicidad deben adoptar una mentalidad de aprendizaje continuo y adaptación. Esto implica:
- Desarrollar habilidades técnicas y analíticas que nos permitan entender cómo interpretar y utilizar datos para tomar decisiones informa[1]das. Si ya no te da tiempo a empezar de cero, por lo menos tener una cultura básica de qué es lo que hay.
- Ser capaces de comprender la experiencia del cliente, que es algo que una máquina nunca hará mejor que un humano.
- Aprender a utilizar la IA de manera efectiva para mejorar y automatizar procesos de marketing, desde la segmentación del público hasta la personalización del contenido. Solo sabiendo lo que la IA puede hacer tendremos ideas innovadoras.
- Mejorar la adaptabilidad y flexibilidad, dado que el mundo del marketing está en constante cambio, y la capacidad de adaptarse rápidamente a nuevos entornos y situaciones es crucial.
- Fortalecer habilidades blandas como la comunicación efectiva, el trabajo en equipo, la empatía y la inteligencia emocional. Trabajar con jóvenes, los mayores, y con mayores los jóvenes.
- Trabajar en equipos multidisciplinarios para combinar diferentes perspectivas y habilidades, lo que puede llevar a soluciones más innovadoras y efectivas.
- Entender y abordar las cuestiones éticas relacionadas con la privacidad de datos y la inteligencia artificial, así como promover prácticas de marketing socialmente responsables.
La llegada de la IA al mundo del marketing y la publicidad no es un augurio de obsolescencia para los profesionales del sector, sino una invitación a colaborar y crecer junto a estas nuevas herramientas. Al abrazar esta tecnología y aprender a trabajar en conjunto con ella, podemos alcanzar niveles de eficiencia y creatividad nunca antes vistos, llevando al sector a nuevas y emocionantes fronteras. ¡No te quedes atrás!
Macarena Estévez, fundadora de Círculo de Ingenio Analítico