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# social
>> que podía hacer la tesis doctoral en Madrid con un excelente bioquímico, M. ¿A qué se dedicaron allí?
M. Cuando llegamos, Ochoa tuvo la idea de separarnos. Nos dijo que nos
Alberto Sols, e irme después con él a hacer la fase postdoctoral. iba a poner en grupos distintos para que por lo menos aprendiéramos inglés,
pero creo que lo que quería era que cada uno desarrollásemos nuestra
M. Alguna vez ha reconocido que su experiencia con Alberto Sols independencia científica, cosa que nos fue muy bien a los dos. El primer
no fue precisamente buena. trabajo que hice en Estados Unidos fue determinar la dirección en la que
M. Para que me acogiese en su grupo de trabajo, Ochoa me dio una carta se lee el mensaje genético. Otro trabajo importante fue el descubrimiento
de recomendación. Si no, probablemente no me hubiese admitido, porque de unas proteínas que son necesarias para iniciar la síntesis de proteínas.
en esa época se pensaba que las mujeres no valían para hacer investigación. Fueron resultados muy positivos, la experiencia de Nueva York me dejó muy
Sols era un excelente bioquímico, con él aprendí mucho, pero también lo buen feeling.
pasé muy mal, porque me ignoraba totalmente. Era invisible para él. En
esa época me casé con el que entonces era mi novio, Eladio Viñuela, que M. ¿Y por qué decidieron entonces volver?
también hizo la tesis con Alberto Sols, y juntos nos fuimos a Nueva York. M. En Nueva York aprendimos biología molecular, y lo que queríamos era
volver a nuestro país, con nuestras familias, a intentar desarrollarla aquí.
M. Sería un gran cambio, porque el panorama científico español Fue una vuelta condicionada; decidimos que si en España no podíamos
debía ser casi un páramo en esa época. hacer la investigación que queríamos, nos volveríamos a Estados Unidos.
M. Lo era. El mejor laboratorio era el de Alberto Sols y tenía muy pocos Afortunadamente lo pudimos hacer. No porque en España hubiese muchas
medios. En Nueva York todo eran facilidades. No solo en el laboratorio posibilidades, porque en 1967, el año en el que volvimos, seguía sin haber
de Severo Ochoa, que era magnífico, sino en todos. Había muchos financiación para investigación, pero pudimos traernos una ayuda de
encuentros, conferencias, un ambiente fantástico. En Nueva York todo Estados Unidos.
eran posibilidades.
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