Page 36 - MUJERES A SEGUIR
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# cultura
Julia EChEvarría: «funCionamos muCho
por intuiCión. no hay un mECanismo
EstaBlECido para ElEgir los liBros,
nos guiamos por El olfato»
>> haciendo ochenta editoriales. Se publica mucho porque resulta barato, pero
a mí no me parecen necesarios ni la mitad de los libros que se editan”.
Que España publica por encima de sus posibilidades es algo sobre lo
que existe bastante consenso. Las cifras están ahí, y cualquier librero lo
puede confirmar. La vida media de un libro en la mesa de novedades está
en torno a los quince, veinte días. Eso con suerte y si ha aparecido en los
medios. Muchos ni siquiera llegan. Pero no todo el mundo coincide en
que esta abundancia sea algo malo. “No puedo estar de acuerdo, ni como
editora ni como lectora”, dice Pilar Adón. “Quizá tenga un punto de vista
poco empresarial, pero creo que cuantos más libros se publiquen, más
posibilidades tenemos de ganar nuevos lectores”. “Podría explicarse por una
menor concentración; lo cual, dicho sea de paso, contribuye a una muy sana
bibliodiversidad. Más títulos con tiradas más bajas”, explica José Monfort,
de Malpaso. Malpaso es uno de los planetas de este abarrotado universo
de independientes que ha crecido más en menos tiempo. Nació en 2013 y
comenzó a publicar un año después. El planteamiento, similar al de otros,
era publicar “libros que pretenden animar conversaciones; incidir, de alguna
manera, en el debate público”, cuidando también mucho el continente; en
resumen, “buenos libros para lectores curiosos”. En muy poco tiempo ha ido
expandiéndose y absorbiendo otras pequeñas editoriales (Dibbuks, Salto de
Página, Biblioteca Nueva, Lince Ediciones, Jus Editorial). “Ahora mismo
somos una pequeña familia que llamamos Malpaso & Cía, con equipos
independientes que comparten sinergias y esfuerzos para lograr un fin
común, que es el de cubrir el mayor espectro de lectores posibles”. Juntas
publican unos 180 libros al año, entre narrativa actual, clásicos, no ficción,
novela gráfica, música, cultura popular, etcétera. Su objetivo es afianzar
el proyecto e ir poco a poco aumentando su presencia en Latinoamérica,
donde ya tiene equipos de trabajo, especialmente en Argentina y México, y
desembarcar en el mercado hispano de Estados Unidos.
Los planes de otras editoriales son más modestos, al menos en lo que se
refiere a perspectivas de crecimiento. El deseo de Iolanda Batallé para
Rata, por ejemplo, es mantener el nivel. “Por ahora no quiero superar los
diez títulos al año para seguir manteniendo la calidad en los textos, en las
traducciones, los paratextos, etcétera. Ya tengo el programa editorial hecho
hasta 2021. Esta no es una editorial para ir con prisas”. “Al principio tenía
mucha ansiedad porque quería publicar mucho y sabía que como era muy
pequeña no iba a poder”, admite Carmen Oliart. “Después se me quitó,
porque esto es un proyecto artesanal. Para poder mantener el control, sé
que con mi tamaño puedo llegar a un nivel. Si no, se convertiría en otra
cosa. Esto tiene sus limitaciones, pero también muchas compensaciones.
Lo único que quiero es que esto sea sostenible mucho tiempo, porque ya no
me imagino haciendo otra cosa”. #
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