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No se lo imaginaba en su primera cita profesional, en el aeropuerto JFK de Nueva York, a punto de ser contratada por el director de la cuenta de Procter & Gamble para la oficina madrileña de Leo Burnett. Pero han transcurrido más de veinte años y Marta Aguirrezábal es la presidenta de la agencia española de la red estadounidense después de una carrera consistente, con responsabilidades crecientes y pocas dudas acerca de cuál era su lugar ideal en una profesión cuya intensidad, insiste, exige dosis similares de pasión y equilibrio. Llegó a la presidencia como un paso natural después de diez años en responsabilidades de gestión y sin plantearse demasiado que, por razón de sexo, su caso es insólito en nuestro país y bastante infrecuente en el resto. Ahora, reivindica las ideas y la dignidad profesional de las agencias, en ocasiones doblegadas por la presión del negocio, y protesta por un pecado recurrente en su profesión: la ecuación mediocridad/sueldos millonarios, de la que provienen algunos problemas serios del sector publicitario.
Publicado en el número 1241 de Anuncios