
David Droga recibirá este año el León de San Marcos, premio que Cannes Lions concede a la trayectoria publicitaria y que antes de él han recibido Sir John Hegarty, Dan Wieden, Lee Clow, Bob Greenberg, Joe Pytka y Marcello Serpa.
Bajo estas líneas, el creativo español Sergio Alosno, redactor en Droga5 Nueva York, escribe a petición de Anuncios sobre la persona y su compañía.
David es un hombre discreto; o más que discreto, ocupado. En mi opinión, la publicidad ha dejado de ser un negocio para él para convertirse en un deporte. Por las mañanas es fácil encontrarle en su despacho temprano. Suele caminar ligero, consciente, imagino, del valor de su tiempo. Es una de esas personas que, pese a tener una apariencia normal y un carácter afable, desprende autoridad y respeto cuando habla. Se implica en mayor medida en según qué proyectos y cuando lo hace, tiene siempre una visión transversal. Sabe cómo conectar con sus interlocutores usando un lenguaje simple y a menudo irreverente, llamando siempre a las cosas por su nombre y aprovechando cualquier oportunidad para añadir humor a su discurso, lo que le convierte en un jefe que cae bien.
Y ni que decir tiene que es también un tipo brillante.
Es como jugar en primera división, una oportunidad de aprender de los mejores. Debido al tamaño de los clientes y del mercado, los procesos son a veces más lentos de lo que uno desearía, pero esto permite también que las campañas resuenen con más fuerza. Se pone mucha atención en los detalles y existe un cariño por las cosas bien hechas, desde las presentaciones a clientes hasta El craft de las piezas.Los objetivos y cultura de agencia están muy bien definidos. Uno siente que forma parte de un ente más grande y que todo el mundo rema en la misma dirección. Es muy gratificante.