
Empiezas la presentación diciendo: la idea es convertir cualquier cosa en un anuncio de su marca. El cliente te mira raro, pero tú no te achantas: incluso los anuncios de otras marcas. Cuando el cliente se levanta para irse, rematas: Y está en presupuesto.
Supongo que solo es posible en USA. Como la SuperBowl.
En su día me entusiasmó el Dirt is good, que rompió la categoría más casposa de la publicidad animándonos a disfrutar de la vida (aunque eso implicara mancharse). Hoy este It’s a Tide ad, nacido en tiempos menos sesudos y tan simple, brillante, divertido y pegadizo que lo hace suyo cualquiera, me pone verde de envidia. Blanco, en realidad.
En fin, una idea capaz incluso de poner los iconos de otras marcas al servicio de la suya, tiene cuerda para rato. ¡Esto sí que es pensar 360º!
Mi apuesta es que cuando Cannes termine nos estaremos preguntando si el Grand Prix era en realidad a Tide ad.