
Miembro de Honor de la Academia de la Publicidad desde 2012; CdeC de Honor junto a su mujer, Karin Leiz, con la que en 1961 fundó la productora Studios Pomés; artífice de campañas míticas como las Burbujas de Freixenet, o de escenas antológicas como la mujer a caballo paseando por la playa, de Terry, entre los más de 3.000 spots realizados a lo largo de sus más de 60 años de trayectoria profesional, Leopoldo Pomés acaba de ser reconocido por la que es una de sus principales pasiones: la fotografía. Este polifacético artista acaba de recibir el Premio Nacional de Fotografía que otorga el Ministerio de Cultura y Deporte.
Los motivos pueden ser obvios para quienes, desde el sector publicitario, conocen la trayectoria de Leopoldo Pomés, pero está bien traer lo que han visto desde el Ministerio para reconocer a Pomés. Entre otras cuestiones, consideran que ha participado “en la configuración de nuestro imaginario colectivo, introduciendo un nuevo lenguaje fotográfico dentro de la publicidad, con una mirada renovada a la sociedad de su época”. También que ha contribuido a la historia de la imagen en España “con una trayectoria, vinculada en sus inicios a la vanguardia artística del grupo Dau al Set y AFAL, comprometida con la modernidad”.
Este mismo año, Leopoldo Pomés y Karin Leiz recogían en San Sebastián el CdeC de Honor concedido por el club de creativos que reconocía así su trabajo de vanguardia y su labor en la fotografía y la producción publicitaria “que revolucionó la industria en la segunda mitad del siglo XX”. Destacaba el CdeC que el trabajo de Studio Pomés “quedó plasmado en campañas que han pasado a formar parte de la historia de la publicidad, con un sello indiscutible de belleza, hedonismo y sensibilidad”.
Leopoldo Pomés y su mujer, Karin Leiz |
Cabe recordar aquí la trayectoria que de él perfiló el club de creativos en el momento de hacerle entrega del premio de honor:
Leopoldo Pomés (Barcelona, 1931) se inició como fotógrafo en los años 40. Sus primeras fotografías las realizó con una cámara, una Kodak Retina, que compró con las comisiones que su padre le había dado por ayudarle a realizar un trabajo. Fue con esa cámara con la que este joven autodidacta empezó a captar imágenes de la Barcelona de aquellos años. Fotografías que impactaron al dueño del estudio de revelado donde las llevó y que le hicieron ganar su primer premio como fotógrafo.
Su primera exposición de fotografía tuvo lugar en las Galerías Layetanas de Barcelona, en el año 1955. Un trabajo que generó cierta polémica por incluir una serie de retratos tomados con una técnica bastante rupturista y distante a la propuesta realizada desde las agrupaciones fotográficas de la época. Pero que, sin embargo, fue muy bien recibida por los miembros del grupo artístico Dau al set (entre los que figuraban el poeta Joan Brossa, el filósofo Arnau Puig y los pintores Joan Ponç, Antoni Tàpies, Modest Cuixart y Joan-Josep Tharrats),con los que se veía asiduamente y que de hecho habían posado para varios de esos retratos.
Fue en 1958 cuando la obra de Pomés se dio a conocer a nivel nacional, tras su participación en el Anuario de la Fotografía Española editado por AFAL, junto a otros fotógrafos de vanguardia en aquel momento.
En 1961 fundaba, junto a su pareja Karin Leiz, el Studio Pomés con el que Pomés se iniciaba como fotógrafo y realizador en publicidad. Poco tiempo después (1963), se incorporaba como director creativo a la agencia Tiempo, desde la que trabajó durante varios años para Freixenet, entre otras muchas marcas (Gallina Blanca, Terry, Meyba…).
Artífice de más de 3.000 spots, el trabajo de Studio Pomés ha sido reconocido a lo largo de estos años en multitud de ocasiones en festivales nacionales e internacionales, como el de Cannes o la Biennal de Venecia.
Además, Leopoldo Pomés ha sido galardonado con la Medalla de Oro al Mérito Artístico del Ayuntamiento de Barcelona, con el Premio de Artes Plásticas de la Generalidad de Cataluña en 1998, y con la Cruz de Sant Jordi, en 1999, entre otros muchos reconocimientos. En 2012 la Academia de la Publicidad le reconoció como nuevo académico de honor junto a José Luis y Ricardo Pérez Solero, Rafael Roldós, Víctor Sagi, Fernando Romero y José María Ricarte.