Le pregunto a una amiga, en cuyo criterio confío mucho: ¿Quién crees tú que es una de las personas más interesantes del mundo para entrevistar en lo de Anuncios? “Sigrid Kraus”, me responde, sin dudar. Voy a conocer a Sigrid. Sigrid Kraus es alemana, pero lleva muchos años viviendo en España. Es una de las editoras más importantes de la literatura hispanoamericana.

Conocida por ser la descubridora de Harry Potter y otros bestsellers como El niño del pijama de rayas, El libro de la trenza, etcétera. Le pregunto por su secreto. Me cuenta que, en el caso de Harry Potter, ella tenía un “informe negativo” encima de la mesa. Un estudio enviado por especialistas que afirmaba cosas como: “Este libro no puede funcionar porque es anticuado”, “no sale ni un ordenador”, “tiene demasiadas palabras”, “vocabulario excesivamente rico para los niños de hoy...”.
Pero al otro lado había una relación de confianza con su agente de Londres, un tipo de la vieja escuela que le dijo: “Léelo tú, Sigrid, confía en mí”. Cuando Sigrid terminó de leer el libro, habló con Pedro del Carril, su marido y, a la vez, su socio en la Editorial Salamandra, el perfil más empresario de los dos. Sigrid le dio su “particular y personal informe de lectura”: “Este es el libro que me hubiera gustado leer a mí a los 10 años, ojalá hubiera existido cuando yo era niña”.
Pedro no necesitó más: “Adelante”, le dijo. Si Pedro confía en algo a nivel empresarial es en la intuición de Sigrid. Hoy, dicen que Harry Potter ya solo compite con la Biblia, y puede que incluso se lea más… Lo mismo le pasó con El niño del pijama de rayas. Me cuenta que, cuando llegó a sus manos, el Holocausto era un tema tabú en España. Cuando terminó de leerlo, volvió al despacho de Pedro llorando y le dijo: “Me acabo de leer un libro que a mí personalmente me ha emocionado muchísimo, pero tiene todos estos contras…” Pedro le contestó: “Contrátalo, ninguna duda. Mírate… estás completamente entregada”.
El éxito de El niño del pijama de rayas ya es historia. Hablamos de esas viejas herramientas: la confianza, el olfato, la intuición… versus la IA o la data. Ambas estamos de acuerdo en que no son la panacea de nada, y recuerdo un diálogo en la serie Mad Men, en un episodio en el que Donald Draper, director creativo de la agencia de publicidad, habla con el técnico de IBM que está instalando el superordenador que promete hacer el trabajo de muchos creativos más rápido. El técnico le explica que esa máquina contiene cantidades infinitas de información. Por eso, es amenazante para muchos, porque puede contar más estrellas en un solo día de lo que una persona en toda su vida… Donald Draper le contesta:
—¿Pero qué persona se tumbó a ver las estrellas y pensó en un número…?
Qué maravilla de frase, de guionistas, de escritores… Qué importante cuidarles, qué necesario mantener algunos valores como el de la confianza. La que yo tengo en mi amiga, la que Pedro tiene en la intuición de Sigrid, la que Sigrid tiene en su olfato y en su agente, o la del agente en sí mismo para apostar por un manuscrito rechazado anteriormente por doce editoriales de una mujer en paro, deprimida y arruinada: J.K. Rowling. Igual todavía somos eso: Mad Men, locos que seguimos confiando… en la honestidad con uno mismo como una de las herramientas más valiosas para hacer bien nuestro trabajo. Eso sí, voy a meter este texto en chat GPT para que revise la ortografía.
Xisela López, directora creativa ejecutiva en Sra. Ruhsmore
Este contenido se publicó originalmente en el Nº 1726 de 'Anuncios'