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A DOS BANDAS
MATERIA
DE EXAMEN
COMENTARIOS A LA CAMPAÑA ‘#REALINFLUENCERS’ PARA BLINKLEARNING
NO ME GUSTA
No me gusta la banalización del concepto, que no de la No me gusta que se siga confundiendo bartering, o
palabra, influencia. incluso product placement, con branded content, y que
No me gusta el modelo transaccional en el que ha de ahí se pretenda inferir influencia.
derivado la prescripción, en demasiados casos, barata en No me gustan los “me gusta” porque sí.
su contenido y a la vez cara en su monetización. Quizás por eso no me hubiera gustado decir que sí me
No me gusta que se considere infl uir a lo que siempre se gusta el enfoque de Blink sin haber estudiado antes su
llamó prescribir. proyecto
No me gusta la dogmatización de la opinión. Opinión No me hubiera gustado opinar con estas líneas,
nunca será dogma. dogmatizando sobre una pieza aislada sin entender
No me gusta la subjetividad como herramienta de venta antes lo que hay detrás. Y lo que hay detrás me gusta.
de lo objetivo. A todos nos ha infl uido alguien.
No me gustan las métricas con las que se sostiene la Alguien que en el transcurso de nuestras vidas nos ha
capacidad de infl uir. infl uido, creando un punto de infl exión en nuestro
No me gustan quienes tratan de medir la infl uencia con devenir como seres humanos y también como personas.
“me gusta”. Seguramente habrá sido un profesor. O tu padre. O tu
No me gusta el caca, culo, pedo, pis como vehículo para mejor amigo. O simplemente alguien que pasaba por ahí.
conseguir un millón de “me gusta”. O de likes, que es lo Gente real. Personas de verdad.
mismo pero en inglés. Y eso, dicho con educación, me gusta.
No. No me gusta. Germán Silva / Founder & CEO de Pink Lab
TIZAS CONTRA ‘HASHTAGS’
Un nombre que hasta hace pocos días no me sonaba en absoluto. Y lo que es peor, después de ver el anuncio seguía
sin tener pistas claras de cómo era el producto que ofrecían o a qué se dedicaban exactamente.
Así que era obligatorio echar un vistazo a su web, en la que uno se da cuenta ráp idamente de que es imposible contar
en una campaña de qué va el asunto.
Tocaba por tanto abordar el problema desde otro ángulo, explicar menos y sugerir más. ¿Qué tal enaltecer la labor de
su público objetivo, los docentes, como estrategia para llegar hasta ellos generando interés y ganándose su simpatía? Y
ya que estamos, ¿qué tal usar a los señores que manejan el cotarro en redes como recurso para aumentar la notoriedad
y articular el discurso del spot?
Porque aunque influencers y profesores tienen ámbitos de actuación bien diferenciados (para empezar, unos tienen la
misión de enseñar y los otros no), dommo ha tenido la habilidad de detectar y sacar partido a algo que sí comparten
ambos grupos: la capacidad de infl uir en las audiencias a las que se dirigen.
Y desde ese hallazgo la agencia establece un contraste interesante y efi caz, una pequeña batalla entre los que ostentan
el título de Champions Infl uencers of the World y los aspirantes al trono que por justicia les debería pertenecer.
Tizas contra hashtags, clases contra WTF, profes contra influencers.
Al fi nal, en la campaña ganan los docentes, que para eso son el target.
Y si me preguntáis a mí, que conozco a algunos de los que se dejan el tiempo y la piel en conseguir que sus alumnos
aprendan más y sobre todo mejor, me alegro de que sea así.
Miguel Madariaga / Director creativo de SCPF
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