
Anuncios.- ¿Qué supone para un profesional ser jurado en el Festival de Cannes?
Isa Sánchez.- Una responsabilidad enorme y también un orgullo. A Cannes vas a encerrarte en una sala y seleccionar, entre el mejor trabajo del mundo, el mejor trabajo del mundo. Detrás de cada pieza hay talento, esfuerzo, tiempo y una gigantesca cantidad de dinero, así que el respeto es inmenso, a la altura de la alegría que siento.
A.- ¿Sigue siendo algo especial pese a que ahora hay tantos jurados?
I.S.- Especial es cualquier cosa que no pasa cada día, así que ¿cómo no iba a ser especial ser jurado en Cannes? A mí no me había pasado nunca. Es cierto que las categorías se han multiplicado y que Print & Publishing hace tiempo que fue destronada, pero para mí sigue siendo la categoría más romántica del festival, el clásico entre los clásicos.
A.- ¿Con qué actitud afronta la tarea?
I. S.- Quiero aprender, sorprenderme y divertirme a partes iguales. En cuanto al palmarés final -que es lo que para el resto del mundo cuenta- espero volver con la sensación de haber premiado lo mejor de lo mejor, de haber sido justa, honesta y valiente.
Con el traje de flamenca
A.- ¿Hasta qué punto pesa al viajar allí el objetivo de conseguir el mayor número de premios posible para el país al que representas?
I. S.- Como jurado, la neutralidad, la imparcialidad, la rigurosidad y otras muchas palabras acabadas en dad son básicas. Pero a Cannes vas también representando a tu país, representando un punto de vista y una forma de hacer que es la nuestra. Si desde mi posición puedo ayudar a acortar la distancia cultural entre una pieza de cualquier agencia española y el resto de miembros del jurado, me pongo el traje de flamenca rápido.