
Los efectos de la gentrificación han llegado al barrio madrileño de Vallecas (en ese proceso que dicen los expertos se extiende desde el centro de las grandes ciudades a los barrios periféricos) y a algunos comercios, de esos “de toda la vida”. Por esa razón, alumnos de la escuela de creativos Brother han creado una singular campaña para apoyar a estos pequeños comercios. La acción pude verse desde ayer en el metro de Puente de Vallecas.
La campaña, titulada #VallekasExiste, tiene como objetivo reivindicar el trabajo de la gente que hace que el barrio no pierda su esencia, explican sus creadores: “Con esta acción hemos querido proporcionar a los pequeños comercios una herramienta, como es la publicidad, con la que cuentan las grandes empresas, y a la que ellos normalmente – por coste o conocimiento- no pueden acceder”, comenta María Nistal, alumni, asistente académica en Brother escuela de Creativos y redactora creativa en Está Pasando, sobre la iniciativa.
#VallekasExiste surge de la iniciativa de un grupo de alumnos de Brother que, con el apoyo de la escuela creativa, buscaba encontrar soluciones a problemáticas sociales actuales. E incluso no quedarse en Vallecas, sino exportar la idea a cualquier barrio de España o del mundo, en los que la gentrificación está llevando, entre otras situaciones, a comercios locales tradicionales, asegura Mauro Suárez, director y cofundador de la red de escuelas.

La acción se centra en tres comercios localizados en el barrio madrileño, que pertenecen a diferentes sectores. Alimentación San Jorge, una tienda de ultramarinos de segunda generación regentada por los hermanos Esteban. Con 65 años de historia, su clientela actual ha envejecido y se ha reducido. “Cuando mi padre llevaba la tienda, teníamos unas 12 personas empleadas y vendíamos de todo. Ahora solo trabajamos nosotros dos y nos ha tocado especializarnos en artículos selectos para poder seguir con el negocio”, comenta Montse Esteban sobre la transformación de su comercio. La ferretería Rosan Menaje, propiedad de Gloria Romero y con más de 30 años de tradición en el barrio y con una voluntad de reinvención constante para cumplir las expectativas de los clientes. “El trato directo con el consumidor es nuestro punto fuerte, dedicamos mucho esfuerzo a que los clientes queden satisfechos y no dejen de venir”, explica su propietaria en declaraciones recogidas en nota de prensa. Y, por último, la papelería Mashe, regentada por Cristina Herrero, una joven que “entiende que actualmente gran parte del negocio está en darse a conocer a través de internet y otros medios, una posibilidad a la que nosotros, por una cuestión económica y sin iniciativas como la de Brother, no podríamos acceder”, señala.
Para poder hacer llegar esta idea a más gente, la escuela también está desarrollando un proyecto documental junto a la productora 37Films, fundada por Héctor Bobo y Diego J. Fernández, y el joven realizador Patrick Knot.
