Invisible soledadse puso en marcha de cara a las pasadas navidades y lanzó su mensaje inicial a través de la instalación de una escultura hiperrealista de una anciana en un banco del centro de Bilbao. Posteriormente, la campaña se completó con un teléfono de asistencia y la creación de un página web para poner en contacto a personas que vivían solas y buscaban compañía para pasar las fiestas. El conjunto de la campaña logró una amplia repercusión en medios.