Según WWF, cada año se desperdician en el mundo más de 2.500 millones de toneladas de comida, lo que supone el 40% de la producción mundial de alimentos. Esto implica un impacto sobre el planeta, ya que ese desperdicio es responsable del 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Además, desperdiciar comida significa malgastar recursos naturales vitales como el agua, la energía y la tierra empleados para producir esos alimentos. Pero, además de las consecuencias medioambientales, esta acción también tiene impacto en el plano social. Mientras se tira toda esa comida, más de 828 millones de personas en todo el mundo carecen de un acceso asegurado a los alimentos. A nivel económico, ese desperdicio tiene un coste de más de 1,2 billones de dólares al año. Datos negativos que desgraciadamente están ahí y hay que poner sobre la mesa.
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