Es la segunda multa más cuantiosa que Bruselas ha impuesto a Google: 2.950 millones de euros por su posición dominante en el mercado de la publicidad digital, resultante de una investigación a partir de la denuncia interpuesta por la asociación de editores europeos hace cuatro años. A pesar de ser una cifra elevada, apenas supone un 0,9% de la facturación de Google, se indica en una noticia publicada en El País. Y se suma a otras dos anteriores, una por más de 4.000 millones de euros por transgredir las normas de la telefonía móvil con su sistema operativo Android (en 2018) y otra de 2.400, esta vez por su actuación en el terreno de los buscadores, al favorecer su propio servicio de comparación frente a la competencia. En ambos casos, están en proceso.

En su dictamen, la Comisión Europea indica que Google está presente en casi todos los puntos de la cadena publicitaria digital: los servidores de anuncios para editores, has herramientas de compra programática y los mecanismos de subasta en tiempo real.
Además de la imposición de la multa, Bruselas da un plazo de sesenta días al gigante estadounidense para que plantee medidas que corrijan esa posición de dominio que le imputa. Entre ellas, cita la venta de parte de su negocio publicitario, como ya recomendó la comisión hace meses. Fuentes de Google han señalado que recurrirán la presente sentencia y han declarado, según cita la misma información publicada en El País: “Esta multa injustificada es solo otro ejemplo de la aplicación desproporcionada de la normativa europea a las empresas estadounidenses”. Y quien también se ha manifestado en contra ha sido el actual inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, que recoge esa misma idea de ataque a lo americano y ha anunciado una investigación comercial si el proceso sigue adelante (eso, en plena guerra arancelaria).
Sentencia en Estados Unidos
Precisamente, hace unos días Google sorteó la que podía haber sido una de las sanciones más notables en materia de antimonopolio en Estados Unidos, esta vez en relación a las búsquedas. La sentencia determina que Google debe compartir sus resultados de búsqueda y algunos datos a empresas rivales, pero le permite quedarse con su navegador Chorme.
No obstante, esta sentencia, en opinión de Carolina Lesmes, VP sales de Adlook en España, tiene un destacado impacto en el mercado y los anunciantes: “La sentencia emitida en Washington contra Google marca un antes y un después en la industria digital. Aunque el tribunal no ha obligado a la compañía a desinvertir en Chrome o Android, la prohibición de contratos de exclusividad en Search, Chrome, Google Assistant y Gemini representa un hito en la defensa de un internet verdaderamente abierto. El hecho de que Google deba compartir datos de búsqueda con competidores y garantizar mayor transparencia en las subastas publicitarias supone un avance tangible hacia un ecosistema digital más justo. Estas medidas fomentan la innovación, ofrecen a los anunciantes mayor claridad en la inversión de sus presupuestos y, lo más importante, protegen la libertad de elección de los consumidores”. Esta profesional añade que, ahora, “más que nunca, es crucial vigilar la aplicación de estas medidas para garantizar que cumplan su objetivo: fomentar un mercado competitivo, impulsar la innovación real y sostener un internet abierto, una prensa libre, y la creación de contenido para todos”.
Carolina Lesmes (Adlook): "El hecho de que Google deba compartir datos de búsqueda con competidores y garantizar mayor transparencia en las subastas publicitarias supone un avance tangible hacia un ecosistema digital más justo"





