OpenAI, la compañía propietaria de ChatGPT, prepara un movimiento estratégico que podría redefinir el ecosistema de la inteligencia artificial. Según recoge el rotativo económico Financial Times, la compañía lanzará en 2026 su primer chip propio de IA, diseñado en colaboración con el gigante estadounidense Broadcom. El procesador, que se fabricará con la tecnológica taiwanesa TSMC, estará destinado exclusivamente a uso interno y su lanzamiento pasa por optimizar costes y reforzar la capacidad de cómputo necesaria para entrenar y ejecutar sus modelos.

El proyecto supone un paso más en la estrategia de OpenAI para reducir su dependencia de Nvidia, cuyo dominio en el mercado de semiconductores de inteligencia artificial ha generado tensiones de suministro y un incremento significativo de costes. Hasta ahora, la compañía había complementado sus sistemas con chips de AMD, pero el crecimiento exponencial de la demanda de infraestructura ha acelerado la búsqueda de soluciones hechas a medida para su negocio.
La estrategia adoptada por OpenAI no supone un caso aislado. Google, Amazon y Meta ya desarrollan chips propios para sus sistemas de IA tanto para ganar en eficiencia como para controlar mejor la escalabilidad de sus plataformas.
Mercado
El impacto de esta decisión ya se ha dejado sentir en el mercado: el consejero delegado de Broadcom, Hock Tan, ha compartido con sus inversores que la compañía ha recibido más de 10.000 millones de dólares en pedidos de infraestructura de IA de un nuevo cliente, sin mencionar su nombre, aunque todas las miradas apuntan a OpenAI. Tan anticipó asimismo que los ingresos vinculados a IA crecerán “de forma significativa” en el ejercicio fiscal 2026.
El acuerdo entre OpenAI y Broadcom ha tenido también su efecto en la cotización de Nvidia. Las acciones de la compañía cayeron el viernes cerca de un 3,5%, lo que se traduce en que su valor bursátil se redujo en algo más de 4.000 millones de dólares.