
Si Juan Luis Guerra cantaba para que ojalá lloviese café en el campo, el organismo de promoción turística de México, en colaboración con la agencia estadounidense Lapiz y la productora Two Bit Circus, ha puesto todo su empeño para que en Alemania llueva tequila. Y lo ha conseguido.
En busca de promocionar sus soleadas playas en el lluvioso invierno alemán, el Consejo de Promoción Turística de México lanzó una iniciativa llamada Nube de tequila en el marco de una exposición de arte contemporáneo que tuvo lugar en la ciudad de Berlín.
De acuerdo con una información de la que se hacen eco numerosos medios internacionales, los visitantes a esta feria tuvieron la oportunidad de rellenar sus vasos con el tequilla que llovía desde una nube artificial creada por la agencia y el anunciante.
El funcionamiento de este peculiar fenómeno atmosférico fue el siguiente. Gracias a la utilización de humidificadores ultrasónicos, el tequila vibró a la frecuencia apropiada para convertirse en una especie de niebla, que más tarde se condensó para que cayese desde la nube en forma de gotas de lluvia. Un ordenador, por su parte, se encargó de programar el sistema para que se activase coincidiendo con los momentos en los que llovía en Berlín. Algo que, según los impulsores, fue bastante frecuente durante los días que duró esta acción.