
Entre sus trabajos más emblemáticos figura el de las famosas burbujas de Freixenet, idea de Karin Leiz, creativa, modelo y pareja de Leopoldo Pomés. Pero la pareja, que recogerá este año el CdeC de Honor que otorga el Club de Creativos como colofón a sus premios anuales, tiene a su espalda un largo recorrido caracterizado por un trabajo de vanguardia y una ejecución en fotografía y producción publicitaria que revolucionó la industria en la segunda mitad del siglo XX.
“El trabajo de Studio Pomés quedó plasmado en campañas que han pasado a formar parte de la historia de la publicidad, con un sello indiscutible de belleza, hedonismo y sensibilidad”, destaca el CdeC. A su trabajo para Freixenet se suman otros no menos míticos como el del coñac Terry protagonizado por una mujer a caballo y, en otros ámbitos de la producción, la ceremonia de inauguración del Mundial de Fútbol de 1982 o la estrategia de comunicación que logró que Barcelona fuera elegida sede de los Juegos Olímpicos en 1992.
Leopoldo Pomés (Barcelona, 1931) se inició como fotógrafo en los años 40. Sus primeras fotografías las realizó con una cámara, una Kodak Retina, que compró con las comisiones que su padre le había dado por ayudarle a realizar un trabajo. Fue con esa cámara con la que este joven autodidacta empezó a captar imágenes de la Barcelona de aquellos años. Fotografías que impactaron al dueño del estudio de revelado donde las llevó y que le hicieron ganar su primer premio como fotógrafo.
Su primera exposición de fotografía tuvo lugar en las Galerías Layetanas de Barcelona, en el año 1955. Un trabajo que generó cierta polémica por incluir una serie de retratos tomados con una técnica bastante rupturista y distante a la propuesta realizada desde las agrupaciones fotográficas de la época. Pero que, sin embargo, fue muy bien recibida por los miembros del grupo artístico Dau al set (entre los que figuraban el poeta Joan Brossa, el filósofo Arnau Puig y los pintores Joan Ponç, Antoni Tàpies, Modest Cuixart y Joan-Josep Tharrats),con los que se veía asiduamente y que de hecho habían posado para varios de esos retratos.
Fue en 1958 cuando la obra de Pomés se dio a conocer a nivel nacional, tras su participación en el Anuario de la Fotografía Española editado por AFAL, junto a otros fotógrafos de vanguardia en aquel momento.
En 1961 fundaba, junto a su pareja Karin Leiz, el Studio Pomés con el que Pomés se iniciaba como fotógrafo y realizador en publicidad. Poco tiempo después (1963), se incorporaba como director creativo a la agencia Tiempo, desde la que trabajó durante varios años para Freixenet, entre otras muchas marcas (Gallina Blanca, Terry, Meyba…).
Artífice de más de 3.000 spots, el trabajo de Studio Pomés ha sido reconocido a lo largo de estos años en multitud de ocasiones en festivales nacionales e internacionales, como el de Cannes o la Biennal de Venecia.
Además, Leopoldo Pomés ha sido galardonado con la Medalla de Oro al Mérito Artístico del Ayuntamiento de Barcelona, con el Premio de Artes Plásticas de la Generalidad de Cataluña en 1998, y con la Cruz de Sant Jordi, en 1999, entre otros muchos reconocimientos.
Por su parte, Leiz, además de creativa y autora de los guiones de la productora, fue la primera burbuja que apareció en el spot con el que comenzó una de las estrategias publicitarias de más larga trayectoria (apenas interrumpida durante unos años) en la historia de las marcas españolas. También cultivó la fotografía y es autora de diversos libros de recetas de cocina. No en vano, la pareja Pomés Leiz abrió en los años 70 Flash Flash, famosa tortillería de Barcelona.