
Son las noticias sobre tiroteos y matanzas en lugares públicos las que hacen visible de manera más trágica los problemas que causa la libre tenencia de armas en Estados Unidos. Una reciente campaña del Brady Center to Prevent Gun Violence pone sin embargo el acento en una tragedia menos visible pero no menos brutal: cada día ocho niños mueren o resultan heridos al jugar con armas de fuego cargadas en sus propios hogares.
La campaña, lanzada este mes de agosto en colaboración con el Ad Council –entidad que promueve la colaboración del sector publicitario en causas de interés público- ha sido creada por Droga5 y trata de llamar la atención sobre el problema y propiciar más conversación sobre el mismo poniéndole un nombre: Family fire, expresión que podría traducirse como Fuego familiar o Disparos familiares.
La pieza central de la campaña es un inquietante vídeo e dos minutos en que un padre y un hijo hablan sobre el arma que se guarda en la casa. Sin recurrir a imágenes trágicas, lo ajustado del guion y el juego con la iluminación contribuyen a enfatizar lo duro de la situación y las dudas sobre si se trata de una escena real o una alucinación del padre, que habla con su hijo ya muerto. Esta ambigüedad es intencionada, según indica en la web Muse By Clio Duncan Marshall, socio creativo de Droga5, con vistas a estimular la conversación y a animar a la gente a compartir el contenido
El vídeo ha sido producido por Here Be Dragons y dirigido por Jim Cummings.