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No son iguales todos los viajes. Algunos se realizan por placer, pero otros no. Algunos son sencillos, pero otros pueden resultar dramáticos. Sirve como ejemplo de los menos placenteros y más desafortunados el de una familia de tortugas que protagoniza el nuevo anuncio de Greenpeace, que trasciende lo previsible debido al negativo impacto que la polución genera en el ecosistema marino.
Este anuncio, en formato de animación, ha sido desarrollado internamente por la ONG y ha contado con la colaboración de la productora Aardman Animation, así como de conocidos actores como Olivia Colman, David Harbour, Jim Carter y Helen Mirren —estos dos últimos se han encargado de dar voz a dos de los protagonistas de la pieza—. El guionista de la pieza es Sam Morrison y ha sido dirigida por Gavin Strange.
El proyecto, titulado Turtle journey, relata la historia de una familia de tortugas que regresa a su hogar desde la casa de sus abuelos. Se trata de una ruta repleta de complicaciones por causa de la contaminación por plásticos, la extracción de petróleo y la pesca abusiva. Cuando finalmente logran llegar a casa, la madre muere como consecuencia de la acción humana en el fondo del océano, momento en el que se lanza el siguiente mensaje a los espectadores: “Seis de cada siete tortugas marinas están en peligro de extinción. Necesitamos santuarios en un tercio de los océanos del mundo para mantener a salvo a las tortugas y a otros animales”.
El objetivo de esta campaña pasa por animar la firma de una petición para que la ONU impulse un Tratado Oceánico Global que proteja los océanos de nuestro planeta.
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