Más allá del resultado del partido y de los comentarios sobre la actuación de Rihanna, la Super Bowl se ha convertido un año más en el gran escaparate publicitario. En una edición marcada por un contexto de incertidumbre, y en la que el precio por emitir un spot de treinta segundos ha alcanzado los 7 millones de dólares, los anunciantes se han alejado de la experimentación y han apostado en mayor medida por fórmulas ampliamente probadas en la competición, como los personajes populares, el humor y los animales.
Quizá uno de los mayores cambios es que este año se ha permitido la emisión de otros anuncios de marcas de alcohol después de que la cervecera AB InBev renunciara a su acuerdo de exclusividad. Y que después de una década, el patrocinio del espectáculo celebrado durante el descanso cambiase de Pepsi a Apple Music después de una década.
La fórmula 'marca y famoso' tuvo exponentes de lo más variado en la noche de la Super Bowl. Entre estas colaboraciones, destacan algunas como las de Dunkin’, que optó por una de las parejas más mediáticas del momento: Jennifer López y Ben Affleck; la GM y Netflix, que recurrieron a Will Ferrell para promocionar su acuerdo de mostrar más vehículos eléctricos en las series de la plataforma de contenidos; la de Pepsi, para comunicar su variante Zero Sugar, contrató a Ben Stiller y Steve Martin; T-Mobile contó con la ayuda de Bradley Cooper, o la aparición estelar de la tenista Serena Williams en dos anuncio: uno de Michelob Ultra y otro de Remy Martin.
Humor y animales
Otra de las fórmulas más repetidas fue la del humor. Bajo este epígrafe encontramos casos como los de Kia, Tubi (en este caso ligado con el surrealismo de la mano de conejos gigantes) o Ram(que arriesgó al burlarse de los anuncios de disfunción eréctil haciendo a varias parejas hablar sobre “electrificación prematura”).
Y, por supuesto, la de llegar a la audiencia de la mano de la colaboración con animales. Por ejemplo, Jeep, que en su spot contó con, entre otros, con una abeja, un oso y una cabra para bailar al son de la melodía que nace de uno de sus vehículos. O la conmovedora historia de una niña que crece junto a su perro en una película lanzada por la marca de suscripción de comida para perros The Farmer’s Dog.