Existen muchas maneras de hacer vida social nocturna. Más allá de los bares o las reuniones en casas de amigos, cada vez es más frecuente disfrutar del tiempo de ocio en compañía y a través de una pantalla. Y es precisamente el contacto social a través de los videojuegos el protagonista de la nueva campaña de Heineken, que ha sido creada por Le Pub.

Just another night out, que así se titula este trabajo, presenta la historia de un grupo de jóvenes de São Paulo que recorren la ciudad brasileña tras abandonar su rutina diaria para llegar puntuales a su cita. Una cita que, a pesar de lo que pueda parecer en un primer momento, carece de contacto físico.
La principal protagonista de esta historia es una mujer que se topa con más dificultades de las previstas para llegar hasta su casa. Allí le espera una cerveza de Heineken, un ordenador, un videojuego y un grupo de amigos al otro lado de la pantalla. La pieza concluye con la siguiente idea: “No todas las salidas nocturnas son salidas”.
Uno de los principales objetivos de este proyecto pasa por desmitificar la imagen de soledad asociada al gamer. Así lo explica Eduardo Picarelli, director de la unidad de negocio de Heineken en Brasil, quien además comenta que “entramos en el universo de los juegos porque tenemos algo en común: el hecho de que la socialización es a la vez el núcleo de nuestra marca y de la comunidad de jugadores".
Se trata a la vez de un anuncio que rompe con otro de los estereotipos clásicos de las campañas de cerveza. Esta bebida siempre suele aparecer reflejada en su publicidad mientras es consumida en compañía y en lugares públicos, no en la soledad del hogar (en este caso, eso sí, aderezada por el contacto social con otros jugadores de videojuegos).
Además de a través Le Pub, el grupo Publicis ha trabajado en esta campaña de la mano de Le Garage, su división especializada en gaming e innovación. La pieza se ha estrenado en Brasil, aunque se difundirá a escala global. La película ha contado con Frederic Planchon como realizador y con Academy Films como productora.
La canción que ambienta la película es la archiconocida Don’t stop me now, de Queen.