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Durante años, Milka se ha posicionado en la mente de los consumidores como sinónimo de leche alpina con su ya famosa vaca lila. Ahora da un giro a este planteamiento para convertir el chocolate un factor socializador, como un momento para compartir, para la complicidad, etcétera.
El spot cuenta como años atrás nación en los Alpes una vaca lila que “no sabía nada de matemáticas ni tampoco de juegos de mesa”. Pero, eso sí, “tenía un gran talento para dar empujoncitos a la gente”, y animarla, así, a que todo el mundo fuera un poco más tierno.
“El spot refleja ese empujoncito que a veces nos hace falta a todos para mostrar a la gente nuestros sentimientos, ese gesto que saca lo mejor de nosotros mismos. Estamos convencidos de que todos nos sentiríamos mejor si fuéramos un poco más tiernos con los demás”, asegura Amparo Vázquez, senior brand manager de Milka. La campaña también se verá en soportes de exterior. Mediavest se encarga de la gestión de los medios de la campaña.