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Corría la Navidad de 2015 cuando se hizo viral un anuncio en el que un hombre fingía su propio funeral para ser capaz de reunir a su familia por tan señalada época del año. El anunciante que estaba detrás de la campaña era Edeka, una cadena alemana de supermercados que en esta ocasión presenta la historia de un robot que, justo dentro de cien años, quiere ser capaz de sentir el amor humano.
La película de este depliegue, de casi cuatro minutos de duración, muestra un mundo que en 2117 estará dominado por la inteligencia artificial. Tras ver una película antigua de una familia celebrando la Navidad, el robot decide ir a la búsqueda de ese amor humano. Después de un intento fallido sentir esa sensación con un grupo de maniquíes, el protagonista de la trama se sumerge en un bosque en el que descubre a una familia en el interior de una cabaña de madera. Gracias al empeño que pone durante toda la historia, el robot consigue finalmente experimentar el amor humano tras unirse a su fiesta navideña. La historia termina con el claim de la campaña en pantalla: No es una celebración si no hay amor.
La creatividad de la campaña, de acuerdo con una información de la que se hace eco la revista Creativity, es obra de la agencia alemana Jung Von Matt. MJZ, por su parte es la productora de la pieza, y Matthijs van Heijningen, su director.
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