De un millón de usuarios en cinco días a más de 700 millones el pasado mes de agosto. Dicen que en la actualidad los cambios se producen más rápido que nunca, y en el caso de ChatGPT esta afirmación adquiere todo el sentido. El 30 de noviembre de 2022, OpenAI daba cuenta sobre el lanzamiento de su modelo de inteligencia artificial conversacional y generativa, que cumple tres años convertido en uno de los fenómenos más significativos de la historia de internet.

Desde su llegada al mercado, ChatGPT ha pasado de ser una curiosidad tecnológica a una herramienta cotidiana utilizada por cientos de millones de personas en todo el mundo. En sus primeros meses, la plataforma de OpenAI sorprendió por su capacidad para mantener conversaciones naturales, redactar textos complejos y resolver tareas creativas o técnicas con fluidez. Con sucesivas versiones y mejoras, el sistema con el paso del tiempo ha ido ampliando sus habilidades, incorporando interpretación de imágenes y generación multimedia, analizando datos y conectándose con otras herramientas y servicios externos.
Durante estos tres años, el modelo ha sido adoptado por empresas, universidades y profesionales de múltiples sectores, desde el marketing y la educación hasta la programación o la atención al cliente. Se calcula que la plataforma procesa del orden de 1.000 millones de consultas al día y que su web acumula varios miles de millones de visitas mensuales, lo que es una muestra significativa de su intensivo uso tanto en contextos personales como laborales.
En cuanto a perfil de sus usuarios, un amplio porcentaje de sus usuarios son jóvenes, pues existen estimaciones que sitúan por encima del 40% los usuarios menores de 25 años, lo que anticiparía una transformación generacional en la forma de acceder a la información y automatizar tareas.
Algunas novedades recientes
Con el paso de los meses, y de los años, ChatGPT ha ido ganando personalidad en cuanto a su fórmula para interactuar con los usuarios. Por ejemplo, este mismo mes de noviembre dio cuenta sobre una actualización con la introducía la posibilidad de personalizar el estilo de las respeustas. En este sentido, OpenAI introdujo controles más intuitivos para conseguirlo, así como mejoras en la habilidad del modelo para interpretar y ejecutar instrucciones específicas.
En octubre, la plataforma abrió la posibilidad de que ChatGPT generase contenido erótico siempre que los usuarios fuesen adultos y estuviesen verificados. Esta actualización, que prevé ejecutarse este mes de noviembre, forma parte de una estrategia de mayor calado anunciada por el CEO de la compañía, Sam Altman, para ofrecer una experiencia más realista y flexible.
Pero el movimiento más reciente de ChatGPT tiene que ver con el commerce, pues ha incorporado una nueva función de shopping research que convierte su LLM en un asistente de compra personalizado. Disponible para usuarios de todos los planes, permite describir una necesidad —por ejemplo, “una aspiradora sin cable silenciosa para un piso pequeño”— y recibir una guía detallada basada en datos actualizados, comparativas, reseñas y rangos de precio.
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La expansión de ChatGPT, una plataforma que ha llegado incluso a anunciarse en la Super Bowl, también ha impulsado debates éticos y regulatorios sobre privacidad, derechos de autor, sesgos algorítmicos y el impacto de la automatización en el empleo. OpenAI, la compañía detrás del proyecto, se ha visto obligada a equilibrar la rapidez de innovación con mayores exigencias de transparencia y seguridad, en diálogo constante con reguladores, expertos y organizaciones de la sociedad civil.
Paralelamente, la irrupción de competidores directos y de modelos de código abierto, desde Gemini, Perplexity o Grok hasta DeepSeek, ha intensificado la carrera por el liderazgo en inteligencia artificial generativa, consolidando este tipo de sistemas como una infraestructura básica de la economía digital.





